Tras la marcha realizada el pasado 16 de agosto, algunas personas se indignaron por las pintas que algunas mujeres hicieron al Ángel de la Independencia, pues consideraron que dañaban el patrimonio histórico del país.
Al respecto, el colectivo explica que, si bien no apoyan este acto, sí entienden «su transgresión, como parte de procesos que acontecen en torno a ellos».
«La manifestación reciente ha sido un grito desesperado en contra de una situación de violencia sistémica y normalizada hacia las mujeres dentro de nuestra sociedad, la cual no ha sido atendida ni eficaz ni resolutivamente por las autoridades para garantizar nuestra seguridad», dijeron las mujeres en su carta.
A su vez, ‘Restauradoras con Glitter’ ha criticado que la cobertura mediática sobre la marcha se haya enfocado en los efectos visuales en lugar de en los casos de violaciones y feminicidios.
«Las pintas son un mero síntoma de la violencia desorbitada en que vivimos, y como tal deberían socializarse por los medios para promover la atención del problema de fondo», mencionaron.
Es por eso que las pintas deben ser documentadas por profesionales para mantener viva la memoria colectiva sobre el acontecimiento y sus causas, y que sirvan para plantear soluciones a los problemas que las generaron, señala el colectivo.
«Su permanencia debe ser un recordatorio palpable de la condenable situación de violencia en nuestro país, y que por ende ninguna debería ser removida hasta que no se entienda y se dé solución al problema de la violencia de género en nuestro país».
«Si fueran borradas sin un registro sistemático que pueda dar origen a una reflexión, se estaría silenciando una vez más las voces de mujeres que exigimos que se garantice nuestra integridad y se haga justicia a las víctimas de violencia».
El grupo de mujeres considera que no se debería remover las pintas hasta que el gobierno realice las acciones necesarias para garantizar la seguridad de las mujeres.
Asimismo, se propuso para documentar estos actos. ‘Restauradoras con Glitter’ está conformado por profesionales de diversas especializades asociadas al patrimonio cultural como conservación-restauración, historia, historia del arte, arqueología y arquitectura, entre otras.
«El patrimonio cultural puede ser restaurado, sin embargo, las mujeres violentadas, abusadas sexualmente y torturadas nunca volverán a ser las mismas (…). Las vidas perdidas no pueden restaurarse, el tejido social sí», finalizaron.