Las multitudinarias protestas en las calles, que suponen la mayor crisis política en décadas para Hong Kong, se han sucedido desde principios de junio y algunas de ellas han terminado en violentos enfrentamientos entre la policía y los ciudadanos.
Los manifestantes piden hoy mejoras en los mecanismos democráticos de la región y muestran su rechazo a la creciente influencia de Pekín en los asuntos locales.