Argentina buscará sostener el valor del peso y cumplirá con las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), dijo este martes el nuevo ministro de Hacienda, que será el piloto de tormentas que tendrá que lidiar con la grave crisis económica que sacude al país.
En medio de una alta inflación y una recesión, la apabullante victoria de la oposición de centroizquierda en las primarias de hace nueve días disparó la crisis al dejar al presidente neoliberal Mauricio Macri, el favorito de los mercados, casi sin chances de ser reelecto.
Al día siguiente de la votación, el peso, los bonos y la bolsa local se derrumbaron por la caída en la confianza de los inversores, que el Gobierno de Macri intenta recobrar mientras trata de detener una crisis que amenaza la gobernabilidad.
«Estamos en un momento complejo (…) Estabilizar el tipo de cambio es lo mejor que podemos hacer por las familias de menores ingresos», dijo Hernán Lacunza tras asumir como nuevo ministro de Hacienda.
La profunda depreciación del peso ya empezó a alimentar una inflación que antes de la victoria opositora en las primarias superaba el 55 por ciento anual.
A las 10:19 horas de la Ciudad de México, el peso argentino cae 1.2 por ciento esta jornada, a 55.69 unidades por dólar.
Más temprano, en una conferencia de prensa, el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, mencionó que la entidad seguirá interviniendo en el mercado de cambio para prevenir que el peso siga cayendo e impulse la inflación.
Para evitar que la crisis económica golpee aún más a los argentinos, Macri anunció la semana pasada una rebaja impositiva a los alimentos y a las ganancias personales, además de un congelamiento del precio de los combustibles.
Pero diversos opositores y expertos consideraron las medidas como un parche tardío.
Si bien las primarias no decidieron las candidaturas presidenciales, que ya habían sido consensuadas previamente por los partidos, funcionaron como un preciso sondeo de lo que podría suceder en las elecciones presidenciales de octubre.
El Frente de Todos, del opositor de centroizquierda Alberto Fernández, consiguió el 47.7 por ciento de los votos, contra el 32.1 por ciento de Juntos por el Cambio, la coalición de Macri. De repetirse el resultado en octubre, Fernández lograría la presidencia sin necesidad de un balotaje.
Fuente: El Financiero