Con derroche de felicidad López Obrador anunció que este año los mexicanos que trabajan en Estados Unidos romperán el récord de envío de dinero, se espera que las llamadas remesas superen los 35 mil millones de dólares, en un año que también se produjo la peor masacre contra mexicanos y la mayor redada de indocumentados en sus centros de trabajo.
Otro gobernante que se expresa con desparpajo sobre el tema, sin reparar en lo que hay detrás de cada dólar que envían los paisanos, sobre todo los que se encuentran bajo constante persecución de la llamada migra.
De entrada dejan de lado que se trata de paisanos que abandonaron sus comunidades por falta de oportunidades; pero sobre todo por el severo trato que inflingen las autoridades migratorias en contra de trabajadores sin papeles, en especial los mexicanos.
El golpe más reciente se registró en Morton, Mississippi, donde elementos de la agencia de inmigración y control de aduanas, por sus siglas ICE cargaron con 680 trabajadores de siete plantas procesadoras de alimentos, como de costumbre las víctimas fueron los indocumentados, porque a pesar de que las leyes establecen sanciones para los empleadores, hasta ahora no se sabe de sanción alguna para patrones que se ven beneficiados por la mano de obra barata.
De acuerdo con información de The Observatory of Economic Complexity las remesas son la segunda fuente de divisas de México, solo después de las exportaciones de autos y por encima de las partes para autos, las computadoras e incluso el petróleo.
De ese tamaño es la importancia del esfuerzo de los mexicanos que trabajan en el vecino país.
Con cifras del Banco de México, este año el 50 por ciento de los envíos está llegando a Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Oaxaca, Estado de México, Guerrero y Puebla; aunque las 32 entidades reciben dinero de los paisanos.
La importancia de las remesas estriba en que se trata de recursos líquidos que activan, dinamizan y en general dan vida a cientos de pequeñas comunidades que dependen del dinero que los paisanos les hacen llegar a sus familiares.
En las cifras gruesas no se incluye el dinero que llega o llevan directamente que se traduce en construcción y mejoría de sus viviendas, compra de terrenos, vehículos, locales e importados y desde luego, los productos que llevan o envían como ropa o electrodomésticos; si todo eso se cuantificara, más sus donativos para obra pública y de sus iglesias; seguramente los 35,000 millones alcanzarían cifras mucho mayores.
El gobierno de Trump ha hecho de los migrantes una de sus principales banderas de campaña, le dio para llegar a la Casa Blanca y se anticipa que con el mismo discurso antimigratorio, xenófobo y supremacista podría mantenerse por cuatro años más.
Por lo que hace a los gobiernos mexicanos de los tres niveles sigue sin haber programas de repatriación, les resulta más cómodo y, seguramente redituable que siga el flujo de divisas con esa tendencia de romper las marcas cada año.
LA UNAM
AUTONOMIA está en nuestras raíces, reza el texto de un espectacular colocado en calles de la Ciudad de México. También a la Máxima Casa de Estudios de la nación llegó el temor de que la alcanza la fobia contra organismos autónomos que campea.
A poco tiempo de la designación del nuevo rector se dejan sentir los temores de que les impongan uno de esos personajes como los que comparecieron ante el Senado y vaya que hay apuntados.