La mejor imagen para dibujar a la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, es verla a toda carrera, cuesta abajo, delante de una bola de nieve.

 

Y esa gran pelota la amenaza y amenaza su gobierno, especialmente en los campos de la seguridad pública y la gobernabilidad.

 

Sus mujeres en el gabinete: Rosa Icela Rodríguez, en la secretaría de Gobierno y Ernestina Godoy, en la Procuraduría de Justicia, han sido rebasadas, tanto como el jefe de policía  “rosa”, Jesús Orta –a quien vejaron pintándole los pelos con diamantina–, mientras los desmanes en la ciudad suceden uno tras otro.

 

Más allá de la razonable causa de las feministas indignadas por la violencia de género, su movimiento se ha visto distorsionado por inaceptables actos vandálicos contra el Metrobús, la columna a la Independencia, las oficinas y patrullas de la policía o el «bunker» de la Procuraduría, y los ataques arteros contra once periodistas.

 

Las manifestaciones, calificadas en un principio de “provocaciones” –sin que sepamos quienes son los provocadores–, ahora son materia de una mesa de negociación cuyo verdadero contenido se desconoce.

 

–¿Se va a negociar la aplicación de la ley contra feminicidas y violadores?

–¿Habría sido más sencillo aplicarla antes de estasexplosiones de furia? 

 

–¿O se va a negociar la tregua de los anarquistas, quienes no quieren remanso sino violencia para acabar con el capitalismo patriarcal, clasista y sexista?

 

No se sabe bien  a bien cual es el camino, pero este gobierno de la 4T en la ciudad, no pasó la primera prueba de fuego.  Y han sido sus afines quienes lo han puesto contra la pared, o mejor dicho, delante de la bola de nieve.

EL MONJE DESCONCERTADO: Claudia Sheinbaumconfirma que no hay ni habrá investigaciones, ni responsablesde la protesta incendiaria; que dará prioridad al diálogo para no combatir la violencia con más violencia; que no criminalizará a quienes destruyeron bienes públicos. ¿Todo en aras del amor y la paz, como ordena el que más manda?