El sábado 3 de agosto en un Walmart de El Paso, Texas, Patrick Crusius, un joven de solo 21 años asesinó a 22 personas, entre ellas 8 mexicanos, y dejó a docenas de heridos.
Este terrible suceso ya tuvo consecuencias en México, Estados Unidos y el resto del mundo, pero hay algunas historias que no debemos olvidar, ya sea para honrar y recordar a las víctimas de este lamentable caso o para encender las alarmas y tener presente la historia del asesino.
De acuerdo con lo relatado por Tito Anchondo, hermano mayor de André, su hermano y su esposa, Jordan, tenían solo un año de casados y ella tenía otras dos hijas de 1 y 6 años, de relaciones anteriores.
La pareja estaba en el lugar porque compraban los útiles escolares para el regreso a clases de sus hijas.
Cuando Patrick Crusius, un joven de 21 años de Allen, entró al Walmart de El Paso, Texas, y disparó contra los clientes la pareja se abrazó para cubrir a su bebé, quien resultó con dos dedos fracturados pero con vida.
Mientras que Jordan, la madre, murió el sábado y André el domingo.
Así como la historia pasada era de amor incondicional, la siguiente es todo lo contrario.
El asesino es Patrick Crusius, un joven de 21 años originario de Allen, una ciudad ubicada a unas 10 horas de El Paso.
Patrick acudió a la preparatoria Plano High School y se graduó en 2017; en el libro de recuerdos de su preparatoria, Patrick habló sobre su interés en ser policía.
Hasta hace unos meses, el hombre acudió a la universidad en Colin College, Spring Creek Campus, ubicado en Plano, Texas. Trabajó como cajero en un centro comercial de Plano y vivía con sus abuelos.
«Él siempre caminaba solo, no se veía como alguien que tuviera muchos amigos, siempre se sentaba hasta el fondo», le dijo Daniel Ha a la televisora WFAA; Daniel era uno de los compañeros de generación de Patrick Crusius.
Lo que sigue siendo un misterio es el motivo por el que Crusius eligió El Paso, lugar se encuentra a 10 horas por carretera de donde vivía y a un mundo de distancia de la vida que llevaba en un frondoso suburbio de clase media alta en la zona metropolitana de Dallas.
EL MANIFIESTO
La primera frase del manifiesto de Patrick Crusius publicado en el foro 8chan expresaba apoyo al hombre acusado de asesinar a 51 personas en dos mezquitas de Nueva Zelanda en marzo pasado, después de que difundió un documento de 74 páginas en el que promovía una teoría popular entre los supremacistas blancos llamada “el gran reemplazo”.
Esa teoría, promovida por el escritor francés Renaud Camus, arguye que existe una conspiración entre las élites para reemplazar a los blancos con inmigrantes de distintas razas en Europa y el resto del mundo.
El manifiesto del sábado habla de una “invasión hispana de Texas”. “Ellos son los instigadores, no yo”, se lee. “Yo simplemente estoy defendiendo a mi país del reemplazo cultural y étnico traído por una invasión”.
Otra de las víctimas fatales de esta tragedia, fue Elsa Mendoza Márquez, una mujer de 57 años de edad que vivía en Ciudad Juárez, donde laboraba como maestra de educación especial.
Se encontraba en El Paso Texas porque los fines de semana acudía a visitar a familiares que vivían ahí. Al lugar llegó acompañada de su esposo y su hijo pero debido a que solo harían una compras rápidas, ambos se quedaron en el carro esperándola, por lo que resultaron ilesos, reportó El Universal.
Otra de las historias que nos conmocionó fue la del reportero Carlos Sánchez de Telemundo, quien no pudo contener el llanto mientras transmitía en vivo desde el lugar de los hechos, dándonos una lección de humanidad y empatía a todos.
«Evidentemente pues muy triste, se nos hace un nudo en la garganta, es imposible para quienes somos de la frontera que esto no nos duela en el corazón», dijo el reportero durante la transmisión.
A pesar de la tristeza y las lágrimas el reportero continuó narrando cómo la gente llegaba a poner ofrendas para las víctimas del tiroteo ocurrido en Estados Unidos el sábado 3 de agosto.
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«Llega un punto después de 14 horas entrevistando a los sobrevivientes (…), la verdad es una situación muy triste que nos conmueve, antes de ser periodistas somos seres humanos, como todos y también sentimos», explicó Carlos Sánchez.
Fuente: Nación 321