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Una “rebelión” anunciada

Publicado por
José Cárdenas

La protesta en la Policía Federal (PF) no es una rebelión inesperada. Expertos en seguridad nacional habían anticipado que habría problemas al fusionar la corporación con elementos del Ejército y la Marina en la nueva Guardia Nacional (GN).

Hay diferencias en las prestaciones de cada cuerpo, además de rivalidades ancestrales entre militares y policías.

Era previsible que se generaría descontento entre elementos de la PF, al reducir algunos de sus ingresos y estímulos, negarles antigüedad y exigirles nuevas condiciones para formar parte de la GN. Eso, además de quedar bajo las ordenes de las jerarquías militares. Y para quien no quiera o no pueda ingresar a la GN (por sobrepeso, drogadicción, o un pasado corrupto y delictivo), el futuro laboral es incierto por más que se les ofrezca encontrar algún acomodo, no muy claro, como cuidar oficinas, museos o parques públicos.

Para empeorar el panorama, a los miembros de la PF se les ha tratado mal desde el inicio de este gobierno. Y no se les informó con tiempo suficiente sobre los términos y las condiciones de la transición de su calidad de policías a la de guardias nacionales. Por lo cual la incertidumbre jurídica, laboral, económica, y la especulación, hicieron también su trabajo en el malestar de los elementos rebeldes.

Eso ha sido reconocido por el gobierno, y sin embargo los expertos en seguridad no consideran que haya sido el motor principal de la inconformidad. Piensan que la desinformación, reconocida por el secretario de Seguridad Federal, fue aprovechada por alguna “mano negra” que quiere desestabilizar al gobierno actual. Y así, desde le cúpula del poder se ha señalado al expresidente Felipe Calderón, quien califica la reacción oficial como “cobarde insinuación”. Más bien parece que, el gobierno de la 4T, como en otros casos, busca culpables a sus desatinos y “palos de ciego”, lo que se conjuga con un ánimo de revanchismo contra quien presuntamente robó la elección a López Obrador en 2006.

En realidad, el problema al interior de la PF es mucho más profundo. Si hay “mano negra” es la de los militares, por orden de su Comandante Supremo, quienes han condenado el futuro de la infame y estorbosa corporación policial.

 

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Publicado por
José Cárdenas