El nuevo presidente de Ucrania, el excomediante Vladímir Zelensky, tiene planes para atraer turistas a su país: que visiten la zona de exclusión de Chernóbil, escenario de la mayor catástrofe nuclear de la historia, ocurrida en 1986, tras estallar el reactor 4.
Con la excusa de la inauguración oficial del sarcófago que cubre desde hace tres años el reactor 4 —la mayor obra de ingeniería humana, con 110 metros de altura y 30 mil toneladas de peso, para que no se escape radioactividad los próximos 100 años—, Zelensky proclamó que ha llegado la hora de acabar con la imagen negativa de Chernóbil.
“Tenemos que convertir nuestro problema en una ventaja”, dijo al anunciar que ha firmado un decreto para impulsar los viajes a Chernóbil.
El mandatario ucraniano destacó el carácter extraordinario de la naturaleza en la zona de la catástrofe nuclear, que, según dijo, se está recuperando del accidente de 1986.
“Debemos mostrar Chernóbil al mundo, a los científicos, a los especialistas en medio ambiente, a los historiadores y a los turistas”, dijo Zelenky, tras la firma del decreto de creación de un “corredor verde” en torno a la zona de exclusión de la central siniestrada, que alberga la ciudad fantasma de Pripiat, donde vivían los trabajadores de la central eléctrica y sus familias.
Contra sobornos. El mandatario advirtió que la zona del desastre nuclear se ha convertido en un área de corrupción, por lo que primero se procederá a combatir esta situación. “Desafortunadamente la zona de exclusión se ha convertido en un símbolo de corrupción, pues las fuerzas de seguridad que la resguardan reciben sobornos de los turistas, hacen embarques ilegales de metal y se aprovechan de los recursos naturales del área”, precisó.
“Pronto terminaremos con eso”, señaló en el acto de firma del decreto, de acuerdo a un reporte de la agencia Itar Tass.
Efecto HBO. La faceta turística de Chernóbil adquirió fama gracias al canal estadunidense de paga HBO con una exitosa serie del mismo título.
La serie ha avivado el interés por visitar la zona de exclusión, que se estima ya recibía unos 10 mil visitantes al año, en particular la ahora ciudad fantasma de Pripiat, donde los turistas la recorren como si fuera la ruina de alguna antigua ciudad romana.
Fuente: Crónica