En el mundo, cada año se arrojan al océano entre cinco y 13 millones de toneladas de plásticos, y para 2050 la cantidad aumentará cinco veces, así lo aseguran investigadores del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM.
Jorge Feliciano Ontiveros Cuadras, investigador del Instituto, dijo que el uso irresponsable de esos desechos rebasa cualquier esfuerzo de manejo adecuado, situación que se agrava por la acción bacteriana, el oxígeno atmosférico, la radiación ultravioleta y la fuerza mecánica de las olas, que provocan que el 99% del plástico se fragmente en partículas minúsculas e imperceptibles (de uno a cinco milímetros), conocidas como microplásticos, que afectan a las especies marinas y, en consecuencia, a todo el sistema biológico.
En México, y en la mayoría de los países de Latinoamérica, el estudio de microplásticos es incipiente, lo que hace difícil diagnosticar los daños que se producen.
Los resultados del estudio indicaron que la concentración de microplásticos en las playas del sur de Sinaloa oscila entre una y 10 partículas por kilogramo de arena. Estos valores preliminares son considerablemente menores que los registrados en zonas costeras de otros países, como Estados Unidos (entre 13 y 51 partículas por kilogramo), Taiwán (entre cuatro y 532) y Alemania (entre 14 y 532 partículas por kilogramo).
En las costas de las islas Galápagos se ha encontrado desechos de plástico procedentes de Indonesia, Filipinas, Taiwán, España, México, Perú, así como de otras partes del mundo.
No existen recursos suficientes para el impacto de lo que sucede porque recoges una semana y la próxima semana tienes basura otra vez.
En el año 2014, la
“Los últimos tres años se recogieron con manos y espalda en condiciones muy complejas un poco más de 20 toneladas de desechos plásticos con limpiezas costeras que se van haciendo cuando hay recursos”, agrega Wray, quien visitó la sede de la ONU en Nueva York como invitado a la apertura de la exposición Planet or Plastic de National Geographic.
Wray explica que la tarea de limpieza no es fácil y requiere de recursos ya que se necesita movilizar lanchas y personal hacia sitios alejados.
“Es un esfuerzo económico importante que la gente va poniendo de su lado, igual que las organizaciones. Pero no existen recursos suficientes para el impacto de lo que sucede porque recoges una semana y la próxima semana tienes basura otra vez. Entonces no importa cuántas veces limpies, el tema es como cortas la generación del desecho”.
Galápagos contra el plástico
Galápagos es un archipiélago icónico conocido como un “laboratorio viviente de la evolución de las especies”, es Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO y está ubicado a unos mil kilómetros del oeste del territorio continental de Ecuador. Tiene áreas protegidas de 8000 kilómetros cuadrados y una reserva marina de 138.000 kilómetros.
Además, alberga 2017 especies únicas entre las que se encuentran reptiles, mamíferos y aves.
Wray explica cómo la comunidad de Galápagos ha sido testigo del impacto del plástico sobre sus animales.
“En el momento en que haces pesca artesanal, y abres los peces y te das cuenta de que están llenos de plástico, así como las aves, o cuando los buzos ven lo que está pasando con las tortugas y otros animales atrapados en el mar, la gente se da cuenta que existe un problema muy complicado”, dice.
Galápagos ha remplazado los sorbetes de plástico por metálicos y de bambú. También existe una prohibición de bolsas plásticas desde hace varios años.
“Sin embargo encontramos que la puesta en ejecución de estas decisiones es bien complicada. No es tan sencillo, amerita sistemas de control, compromiso, trabajo conjunto con Aerolíneas, con los comercios, los temas de los envases no desechables, en general es un esfuerzo en conjunto muy importante que nosotros aspiramos poder lograr, pero se está dando pasos interesantes y creo que es el momento de que haya un pacto global en ese sentido”, asegura el Gobernador.
Los esfuerzos de las Islas no vienen solo de las autoridades si no que se tratan de una iniciativa ciudadana voluntaria que engloba organizaciones no gubernamentales, jóvenes, gente de la tercera edad, guías de turismo y pescadores. Durante las limpiezas costeras se han encontrado residuos plásticos incluso en lugares remotos donde no llegan ni turistas ni habitantes de las islas.
“Las islas son como las represas de los ríos, terminan siendo una barrera donde llega todo lo que está pasando alrededor del mundo y eso tiene un impacto en la vida de nuestra fauna y un patrimonio natural como es Galápagos, pero también en la vida de la gente en definitiva”, recalca Wray.
El sector privado y el sector gubernamental debe invertir fuertemente en innovación para generar una cadena de producción mucho más responsable.
Para el Gobernador, la clave está en construir un acuerdo global, una nueva economía de plástico que este bajo los preceptos de la economía circular.
“Esto implica que el sector privado y el sector gubernamental debe invertir fuertemente en innovación para generar una cadena de producción mucho más responsable y creo que la vida de los ecosistemas isleños no solamente de Galápagos sino todos alrededor del mundo pueden ser una bandera de lucha fuerte en el mundo para liderar estos procesos de ir generando esta conciencia”, concluye Norman Wray.
Ecuador hace parte de la campaña Mares Limpios de ONU Medio Ambiente, que impulsa compromisos audaces de los Gobiernos para reducir la contaminación por plásticos en los océanos. Barbados, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Granada, Panamá, Perú, República Dominicana, Santa Lucía y Uruguay también hacen parte de la iniciativa.
Especial, Aletia Molina