Luego de varios días golpeados por una ola de calor de temperaturas que superaron los 40 grados centígrados y que se cobró dos vidas, Europa comenzó a respirar ayer con la caída de lluvias y fuertes vientos.
Aunque la sorpresiva precipitación afectó en gran medida a los españoles, pues el aeropuerto de Barcelona tuvo que cancelar 62 vuelos debido a una huelga del personal de tierra y otros 26 a causa de la tromba de agua, que también provocó inundaciones en la ciudad y problemas de tráfico en varias carreteras.
Los observatorios de Barcelona recogieron hasta 47 litros de agua por metro cuadrado en 30 minutos a causa de las tormentas que afectaban al centro y parte del litoral de la región de Cataluña.
Autoridades meteorológicas europeas también reportaron lluvias, aunque más débiles, en Roma y Milán, Italia, ciudades que el jueves sufrieron su pico más alto en las altas temperaturas, con 40 grados centígrados.
En Bruselas también llovió y la temperatura máxima fue de 21 grados, mucho menos a los 40.6 grados del jueves pasado.
Los especialistas pronosticaron que las lluvias se mantengan hoy en varios países de Europa.
La ola de calor que esta semana rompió récords en Europa afectó a Groenlandia, donde podría exacerbar las altas temperaturas que ya afectan al Ártico, alertó la Organización Meteorológica Mundial.
Fuente: EFE