El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una variación de 3.95 por ciento a tasa anual en junio, informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Este dato representó el nivel más bajo en los últimos cuatro meses.
La información dada a conocer fue ligeramente mayor a lo estimado por analistas consultados por Bloomberg, quienes esperaban una variación de los precios de 3.94 por ciento a tasa anual.
El comportamiento mostró que la inflación está dentro del rango objetivo fijado por el Banco de México (3 por ciento, +/-un punto porcentual).
La inflación no subyacente, que es aquella que incluye los precios de productos de alta volatilidad como los energéticos y los agropecuarios, tuvo una variación de 4.19 por ciento a tasa anual, su nivel más bajo en los últimos dos años y medio.
Los energéticos y las tarifas autorizadas por el Gobierno presentaron una inflación anual de 2.83 por ciento, que se explicó en mayor medida por la reducción de precios de los combustibles más utilizados por los hogares mexicanos.
De manera desagregada, se observó que la gasolina magna registró un incremento de precios de 6.34 por ciento, mientras que la gasolina Premium se ubicó en 6.24 por ciento.
A pesar de que ambos combustibles registraron su menor nivel en los últimos dos años y medio, aún continúan presentando incrementos por arriba de la tasa de inflación de 3.95 por ciento.
El diésel también reportó una desaceleración en sus precios (6.17 por ciento anual), cifra menor al 6.76 por ciento registrado durante el mes precedente.
A su vez, el gas doméstico natural desaceleró a una tasa de 4.52 por ciento anual, mientras que el gas doméstico registró una disminución de 7.94 por ciento en comparación de junio de 2018.
La electricidad presentó una inflación 1.93 por ciento anual, cifra por debajo de 3.14 del mes anterior.
Por otra parte, los productos agropecuarios repuntaron a una tasa de 6.23 por ciento, por lo que registraron su mayor incremento de precios en los últimos cinco meses.
Entre los productos que más les ‘pegaron’ a los bolsillos de los mexicanos destacó el aumento de 7.82 por ciento anual del pollo, su mayor alza de precios desde agosto de 2017, seguido de la carne de cerdo (6.64 por ciento), las vísceras de res (2.76 por ciento), pescado (7.78 por ciento), otros mariscos (5.07 por ciento) y la carne de res (1.31 por ciento)
Respecto a la inflación subyacente, que es aquella que excluye los precios de los productos de alta volatilidad, se ubicó en 3.85 por ciento a tasa anual, cifra ligeramente superior al 3.77 por ciento reportado en mayo.
En la variación mensual, la inflación registró un incremento de 0.06 por ciento, derivado de diversos incrementos en productos de alto consumo como el pollo, el transporte aéreo, el aguacate, la vivienda y el chayote, pero compensado por la reducción que mostraron el gas doméstico LP, la cebolla, la gasolina magna, el jitomate, el limón, entre otros.
Para Alberto Ramos, economista para Latinoamérica de Goldman Sachs, la inflación general fue baja, pero el núcleo de la balanza subyacente sigue mostrando cierta rigidez.
“La rigidez a la baja de la inflación subyacente requiere monitoreo, en particular para detectar signos de presiones emergentes que aumentan los costos por el aumento de los salarios”, dijo.
Fuente: El Financiero/Bloomberg