Al conmemorar el séptimo aniversario de su creación, la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP), ofreció al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, su total apoyo y colaboración, en el marco de sus atribuciones, con la Guardia Nacional, en su misión de velar por la seguridad de la población, salvaguardar sus fronteras, proteger los proyectos estratégicos y lograr un México en paz.
Su presidente, Joel Juárez Blanco informó que esta organización agrupa a las 42 empresas más grandes e importantes del país, siete de ellas internacionales. Cuenta con más de 120 mil de las 500 mil personas que laboran actualmente en este sector dentro del territorio nacional, es responsable del manejo de más del 90 por ciento del efectivo en México, la seguridad intramuros de la red de aeropuertos, vigilancia perimetral en instalaciones estratégicas (públicas y privadas) y otras infraestructuras, así como sistemas electrónicos, ciberseguridad, cámaras, enrejados, blindajes, consultoría, capacitación, análisis y gestión de riesgo, y otros que hoy sirven como componentes estratégicos de los planes y programas de seguridad.
La AMESP, dijo, cuenta con el personal debidamente capacitado para participar en los planes de desarrollo y estrategia de seguridad del gobierno de la 4ta Transformación.
Al respecto, el vicepresidente de este organismo, José Luis Calderón González, destacó que para garantizar el desarrollo y concretar una adecuada estrategia de paz en México se debe considerar la importancia de la relación entre la seguridad nacional que integran las fuerzas armadas, la seguridad pública, compuesta por las policías, procuradurías y los sistemas penitenciarios de los tres niveles de gobierno, así como la seguridad privada que, cada vez más y con mayor frecuencia, coadyuva con los entes anteriormente mencionados y con la sociedad en general en distintos niveles de servicio.
Son más de tres mil las empresas de seguridad privada, que cumplen con todos los requisitos de ley y que proporcionan muchos de los servicios, equipos y tecnologías que requieren las instituciones del gobierno, las fuerzas armadas, las policías y ahora, la Guardia Nacional.
Es decir, son las empresas de seguridad privada las que brindan y complementan tanto a las fuerzas armadas, como a las policías, en labores de vigilancia y protección de comunidades, edificios públicos y privados, y hasta instalaciones estratégicas del sector energético, comunicaciones y transportes, salud y educación, entre otros.
Por ejemplo, en los centros de Comando y Control de las ciudades mexicanas, los equipos y tecnologías que ahí se utilizan son proporcionados e instalados por empresas de seguridad privada, los cuales cada día tienen mayor demanda.
Sin embargo, para poder cumplir adecuadamente con esta labor de colaboración con el Gobierno de la República, el sector de la seguridad privada del país requiere el apoyo de este para lograr dos objetivos fundamentales para mejorar su actuación y elevar la calidad de sus servicios:
La creación de la Cámara Nacional de la Industria de la Seguridad Privada y la aprobación de la nueva Ley de Seguridad Privada, que está detenida en la Cámara de Diputados.
Con ambos instrumentos, la seguridad privada, dijo Calderón González, podrá tener una voz directa con el Gobierno Federal, una justa regulación nacional del sector, terminar con el excesivo ordenamiento que hoy existe, una ley moderna de acuerdo con el contexto del país y mantenerse como un sector con una fuerte representación ante las autoridades gubernamentales y concretar los planes de profesionalización y modernización de este importante sector.
A la reunión conmemorativa del séptimo aniversario de la AMESP, acudió también el coordinador general de ASUME (Agrupaciones de Seguridad Unidas por un México Estable), Armando Zúñiga Salinas y los socios fundadores de este organismo, el más grande e importante del sector en el país.
Fuente: Staff