La apuesta del primer ministro Boris Johnson por un Brexit definitivo a finales de octubre con o sin acuerdo ha provocado graves turbulencias en los mercados para la divisa británica. La libra ha sufrido este martes un nuevo significativo retroceso, que eleva a cuatro puntos porcentuales la pérdida con respecto al dólar desde junio —2,4 desde que Johnson asumió el cargo—, el mayor desplome mensual desde octubre de 2016. En valores absolutos, la moneda se sitúa a 1,21 frente al dólar y toca su cota más baja frente al euro desde septiembre de 2017, según informa la agencia Reuters. El Gobierno británico ha decidido no hacer comentarios sobre la caída de la divisa.
Durante una visita oficial a Gales, el primer ministro ha insistido este martes en que el Reino Unido necesita salir de la Unión Europea. Al mismo tiempo, ha asegurado que preferiría no abandonar la UE sin un acuerdo. «Si no se comprometen, si verdaderamente no pueden hacerlo, entonces claramente tenemos que prepararnos para una salida sin acuerdo», ha afirmado. En su opinión, ha dicho, el siguiente paso en las conversaciones corresponde a Bruselas.
Downing Street advirtió el lunes a los socios europeos que el primer ministro no está dispuesto a mantener reuniones bilaterales con sus homólogos europeos si la UE no renuncia primero a la cláusula de salvaguarda para la frontera irlandesa, que quedó incluida en el acuerdo de retirada firmado por el Ejecutivo de Theresa May con los Veintisiete. Johnson no está dispuesto a negociar si antes no se retira el llamado backstop o salvaguarda irlandesa, que pretende evitar que con el Brexit regrese una frontera dura entre la República de Irlanda, dentro de la Unión, e Irlanda del Norte, territorio británico. El primer ministro ha mantenido este martes una conversación telefónica con su homólogo irlandés, Leo Varadkar, en la que aseguró que su preferencia es una salida con acuerdo. «Pero este debe abolir el backstop», ha explicado la oficina de Johnson en un comunicado.
La determinación del nuevo líder británico a acometer la salida de la UE a cualquier precio en la fecha en la que expira la última prórroga pactada con los Vientisiete, el 31 de octubre, ha causado perturbaciones también en el mercado de bonos de deuda irlandesa, en su peor registro con respecto a los alemanes.
El líder británico también afronta graves fricciones territoriales en el seno del Reino Unido, como ocurrió el lunes durante la visita oficial a Escocia, territorio que observa con recelo una salida de la UE, más aún sin acuerdo. El tory intenta contrarrestar las demandas del independentismo escocés de que se celebre un nuevo referéndum —reforzadas por la perspectiva de un Brexit desordenado— con el anuncio de un plan de inversiones de 300 millones de libras destinadas a esta autonomía, además de a Gales e Irlanda del Norte.
Además, su mayoría parlamentaria en Westminster corre el riesgo de verse reducida a tan solo un escaño de diferencia el próximo día 1 de agosto, día en que se celebran unas elecciones parciales en las que los conservadores tienen serias posibilidades de perder.
Fuente: El País