En medio de una ríspida discusión, el pleno del Senado de la República aprobó en lo general la Ley Federal de Austeridad Republicana, así como los artículos no reservados, con el fin de hacer eficiente el gasto público y eliminar privilegios.
La discusión, que empezó a las 02:00 horas de este martes, cuando se entregó a la Mesa Directiva el dictamen que fue aprobado con una votación muy cerrada, e incluso por parte de la Comisión de Estudios Legislativos, segunda, registró un empate, se terminó a las 3:56 de la mañana.
Después de que se registraron un total de 103 votos, 74 a favor y 29 abstenciones, del PRI y del PAN, principalmente, se procedió a la discusión en lo particular y la presentación de 44 reservas, para lo cual se registraron 15 oradores.
Lo que se avaló fue la Ley Federal de Austeridad Republicana y diversas reformas y disposiciones de la Ley General de Responsabilidades Administrativas, así como de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, que de no aceptarse reservas o adiciones pasará al Ejecutivo, de lo contrario, si el dictamen queda en sus términos, se regresa a la Cámara de Diputados.
Desde los posicionamientos, los partidos de oposición PAN, PRD y PRI plantearon las inconsistencias del dictamen que se presentó, y se habló de que para aplicar una política de austeridad se necesita un bisturí, no un machete que haga recortes sin basarse en estudios.
La senadora del PRI, Vanessa Rubio Márquez, plante que al haberse aprobado con tanta rapidez un dictamen en sus términos, después de que no se tomaron en cuenta días y horas de trabajo, donde ya se había logrado un consenso de más de 70 por ciento, se tendrá que lidiar con los errores de la prisa, ya que este legislación podrá ser motivo de presentación de diversas controversias constitucionales.
Varios senadores advirtieron que, por ejemplo, al proponer la prohibición de que los servidores públicos no podrán ocupar empleos en la iniciativa privada por cinco años para no exponer información, les limitan su derecho constitucional al trabajo.
Fuente: Excélsior