Carlos Urzúa rompió el silencio tras su renuncia al gabinete de Andrés Manuel López Obrador. El hasta hace unos días secretario de Hacienda culpó a la relación tan cercana entre el presidente de México y el empresario y jefe de la Oficina de Presidencia, Alfonso Romo, de su salida.
El pasado martes anunció que se hacía a un lado de la secretaría de Hacienda y Crédito Público y recién le contó a la revista Proceso que Romo, jefe de Oficina de la Presidencia y hombre de confianza de AMLO, fue un obstáculo y una de las principales razones de su salida.
“Ideológicamente, Romo es un hombre de extrema derecha. Y en términos sociales oscila entre el Opus Dei y los Legionarios de Cristo. ¿Cómo un hombre así, que llegó a admirar a Augusto Pinochet y a Marcial Maciel, acabó no solo siendo amigo de López Obrador sino incluso siendo el jefe de la Oficina de la Presidencia?”, reflexionó Urzúa.
“Es precisamente a él (Romo Garza) a quien aludo en mi carta de renuncia. Un conflicto de interés existe cuando una actividad personal o de negocios de un servidor público podría eventualmente interferir con el ejercicio de sus funciones”, agregó.
“En la jefatura de la Oficina de la Presidencia se maneja a diario un cúmulo de información económica confidencial, uno quisiera que Alfonso Romo y sus familiares hasta de primer grado no tuvieran actualmente participación accionaria alguna en la Casa de Bolsa Vector”, insistió.
Pero Carlos Urzúa añadió que otro de los motivos de su renuncia fue Manuel Bartlett. Reconoció que mucho tuvo que ver sus diferencias con el director de la Comisión Federal de Electricidad, quien tiene la intención de incumplir el contrato por el cual se construyó el gasoducto submarino Sistema Sur Texas-Tuxpan.
“Pasó algo de lo que no quiero hablar porque involucra a mucha gente. Puedo referir, sin embargo, cuál fue una de las gotas que casi derramó el vaso. Un alto funcionario y yo fuimos a comentarle al presidente hace unos días que lo que está haciendo la CFE no es en beneficio de México”, reveló.
Mencionó a las empresas Transcanada y Sempra, esta última tiene en su consejo a Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes en Estados Unidos, y con quien Urzúa veía problemas porque Bartlett no quería cumplir un contrato ya firmado con ambas compañías, lo que además podría dejar eventualmente sin gas a los mexicanos en la Península de Yucatán.
“Me dijo que yo era un neoliberal. Para López Obrador, cualquiera que lo critique lo es. También me aseguró que Bartlett es un gran abogado y que cómo me atrevía a cuestionarlo”.
En la entrevista, Urzúa contó las veces en las que López Obrador se molestó con él. Por ejemplo, cuando renunció al cargo de secretario de Finanzas en el gobierno de la Ciudad de México en 2003.
También se molestó cuando, en 2006, luego de que Felipe Calderón fue declarado ganador de la elección presidencial, AMLO invitó a Urzúa a ser parte del gabinete “legítimo”, lo cual rechazó.
El ahora exfuncionario también reveló que en marzo la Secretaría de la Función Pública, a cargo de Irma Eréndira Sandoval, impulsó una reducción extra al gasto, lo cual consideró el exsecretario de Hacienda, excesivo.
Fuente: Infobae