Han transcurrido 20 años del asesinato de Paco Stanley y el misterio sobre las razones que llevaron a los sicarios a privarlo de la vida, persisten; la más comentada es que se negó a pagar una vieja deuda con el narcotráfico.
Fue el 7 de junio de 1999 cuando la muerte del comunicador mexicano conmocionó al mundo del espectáculo, tras darse a conocer que perdió la vida al recibir más de 20 impactos por arma de fuego al interior de su camioneta.
Stanley había concluido la emisión de su programa “Una tras otra” que se transmitía por Televisión Azteca y había decidido almorzar en el restaurante “El charco de las ranas”, ubicado en el Periférico, al sur de la ciudad, junto a sus colaboradores Mario Bezares y Jorge “El Güero” Gil.
“Querían echarse unos tacos”, se dijo entonces; sin embargo, serían los últimos que degustaría el comunicador porque a la salida del establecimiento un individuo se acercó al lado del copiloto donde él viajaba y lo acribilló. Cuatro de las balas dieron en el cuerpo de Paco, por lo que murió de manera instantánea.
La noticia atrajo de inmediato a decenas de patrullas que cercaron el sitio de los hechos y algunos programas, tanto de Televisa como de TV Azteca, interrumpieron sus espacios para comentar el suceso.
La televisión mostraba el rostro desencajado de sus admiradores que a los pocos minutos rodearon el lugar de los hechos y lloraban abiertamente su partida.
El comunicador Javier Alatorre decía que se trataba de “un crimen perfectamente planeado para matar”, pero a dos décadas del acontecimiento, se desconocen los motivos reales de la tragedia.
Trascendieron versiones diversas: que había sido por un lío de faldas, por celos profesionales de quienes trabajaban con él o porque era prestanombres de un poderoso capo. Sin embargo, prevaleció aquella de que tenía una gran deuda económica con el líder de un cártel.
El 9 de diciembre de 1998 durante la presentación de “Una tras otra”, Paco Stanley reveló que dos sujetos los habían interceptado a él y a Mario poniéndoles una pistola en la cabeza y con intenciones de asaltarlos. Había sido una advertencia, según trascendió a su muerte.
Publicaciones de la época señalan que un boletín de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal establecía que existía una estrecha relación de Amado Carillo “El señor de los cielos” y Paco Stanley.
En septiembre de 1999, Mario Bezares, Paola Durante, Erasmo Pérez Garnica, alias «El Cholo», José Luis Rosendo Martínez y Jorge García fueron encarcelados como presuntos sospechosos del asesinato, como autores intelectuales y materiales.
Casi año y medio después, el 25 de enero de 2001, quedaron en libertad al no hallarse elementos suficientes para confirmar su responsabilidad en los hechos, según declaró el Tribunal Superior de Justicia del DF (TSJDF).
A dos décadas del acontecimiento, la familia Bezares asegura que ya dijo todo lo que se tenía que decir al respecto y prefiere dar carpetazo a lo ocurrido.
La ex edecán Paola Durante asegura que al inculparla de un acto que no cometió, le hicieron el daño más grande que ha recibido a lo largo de su vida.
Los restos de Paco Stanley reposan en el Panteón Español del Estado de México.
Fuente: Crónica