El jueves pasado el presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, entregó a la Cámara de Representantes de su país el borrador del nuevo Tratado México-Estados Unidos-Canadá, conocido también como ‘T-MEC’ (o USMCA en inglés). Hasta ese momento, esta acción de Trump, en conjunción con el avance en los procesos de ratificación tanto en el parlamento canadiense, como en el Senado mexicano, se percibía como un movimiento coordinado y todo parecía ir ‘viento en popa’ para continuar con las aprobaciones legislativas del tratado que firmaron Trump, el Primer Ministro Trudeau y el ex presidente Peña Nieto el pasado 30 de noviembre, en Buenos Aires, Argentina.
No obstante lo anterior, unas horas más tarde de este suceso, el presidente Trump decidió reabrir un frente comercial hostil en contra de México. En un par de twits, el presidente estadounidense amenazó con imponer un arancel de cinco por ciento a todos las importaciones provenientes de México, si el gobierno mexicano no llevaba a cabo acciones para parar el flujo de migrantes ilegales, con resultados significativos antes del 10 de junio. Si bien Trump planea utilizar la fracción 232 de la Ley de Comercio de EU para tener la autoridad de imponer aranceles a productos que atenten contra la seguridad nacional, esto sería una clara violación al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) actual y los acuerdos de la OMC (Organización Mundial de Comercio). Uno de los problemas es que a pesar de esto, el próximo 10 de junio EU puede imponer el arancel y lo que puede hacer México es inconformarse ante las instancias legales del TLCAN y la OMC, cuyos procesos a veces llegan a tardar hasta tres años en resolverse (o más). En el corto plazo, como lo ha hecho en ocasiones anteriores, es probable que México también responda con una acción comercial retaliatoria, imponiendo aranceles a productos provenientes de EU, que no tengan un impacto relevante en el PIB o la inflación de nuestro país (e.g. whiskey de Tennessee o bourbon).
Otro problema es que los detalles que brindó la oficina de la Casa Blanca después del twit, es que el arancel puede escalar de 5 hasta 25 por ciento -en incrementos mensuales de 5 puntos porcentuales de aquí a octubre-, si la Casa Blanca juzga que México no hace “lo suficiente” para paliar el problema migratorio de la frontera sur de los Estados Unidos. Hasta el momento, México ha respondido en ‘son de paz’, con una carta que envío el presidente López Obrador a Trump, con un tono conciliatorio. Si bien no estoy de acuerdo con varias de las políticas que el presidente López Obrador ha instrumentando (e.g. cancelación del NAICM, disminución de salarios a funcionarios públicos), respeto su investidura presidencial y en este caso no solo apoyo, sino aplaudo la respuesta que dio ante las hostilidades del presidente Trump.
En mi opinión, el presidente Trump está siendo políticamente incorrecto en dos vertientes. Por un lado, porque desde la arista política lo deja muy mal parado, como un ‘aliado poco confiable’, tanto ante México, como ante el mundo y en particular ante China, con quien se encuentra negociando un acuerdo comercial actualmente, máxime que tienen algunas semanas en que ambos gobiernos se levantaron de la mesa de negociación y que ya se han instrumentado tanto acciones comerciales hostiles, como represalias comerciales. Por otro lado, esta agresividad comercial es políticamente incorrecta desde el punto de vista de política económica, debido a que este tipo de acciones podrían detonar una recesión económica global. Por el momento el consenso de economistas -incluyendo a los organismos multilaterales (e.g. FMI, Banco Mundial)-, pronostica una desaceleración económica significativa hacia finales de 2020, principios de 2021. Una guerra comercial EU vs China o México podría adelantar dicha recesión tan pronto como a finales de este año.
¿Qué va a ocurrir? Es difícil predecir este tipo de acciones. Sin embargo, tomando en cuenta las circunstancias de la economía global y los incentivos políticos de Trump, considero que por un lado, el
arancel general de cinco por ciento se va a instrumentar este 10 de junio, a pesar de los muy importantes esfuerzos diplomáticos que ya está haciendo el gobierno de México. Lo bueno es que nuestro régimen de tipo de cambio flexible ya está ayudando a absorber ese choque. Hacia delante, creo también que Trump continuará lanzando amenazas como esta para lograr tener mayor impacto en su anuncio de participación en la campaña presidencial de 2020, este 18 de junio. No obstante lo anterior, las hostilidades de Trump podrían empezar a disminuir e inclusive terminar en la reunión del G20 a finales de este mes en Osaka, Japón. Esto implicaría levantar el arancel de cinco por ciento a los productos mexicanos -clamando haber logrado que el gobierno de México mejore sus políticas en torno a la migración-, y regresando a las mesas de negociación con el gobierno chino. El presidente Trump sabe que adelantar la recesión a 2020 es poner en duda la posibilidad de reelegirse, lo que precisamente es lo que parece haberlo llevado a incrementar la agresividad en su retórica, la semana pasada.
Twitter: @G_Casillas
* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.