El peligro mayor frente a una epidemia es pensar que no hay peligro. Entre los años 2010 y 2018 el número de jóvenes residentes en México que fueron diagnosticados con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), causante del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida) creció 284 por ciento, de acuerdo con el reporte del cierre del año pasado del Registro Nacional de Casos de Sida.
El documento, que elabora y supervisa el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el SIDA (Censida), indica que en los últimos ocho años se ha acelerado el número de contagios del virus que ataca al sistema inmune, principalmente entre personas que tienen entre 15 y 24 años de edad.
Con el incremento de diagnósticos de contagio entre jóvenes, hoy es posible afirmar que en México el 60.5 por ciento de los casos notificados como seropositivos a VIH corresponde a jóvenes de entre 20 y 34 años, a quienes se identifica como generación millenial.
Si se observan únicamente las cifras del año pasado se puede constatar que, sólo en 2018, se registraron 6 mil 274 casos nuevos detectados por transmisión sexual, es decir, un promedio de 17 nuevas detecciones de casos diarios. A este número hay que sumar los casos que no se detectan.
Se calcula que en México viven alrededor de 220 mil personas con VIH, de las cuales cerca de 75 mil no saben que portan el virus pues muchos diagnósticos se realizan cuando la infección ha comenzado a provocar problemas graves de salud como baja de peso, infecciones respiratorias o intestinales graves u otro tipo de daños.
En su reporte 2018, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) informó que las encuestas indican que los adolescentes tienen bajos niveles de conocimiento sobre el VIH y conductas de riesgo específicas como sexo con personas de edad distinta y sexo sin condón, lo cual los hace vulnerables a contraer y transmitir el virus.
Otro dato adicional para aclarar por qué puede estar creciendo el contagio entre jóvenes fue dado a conocer por el proyecto educativo InfoSIDA, de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. En su artículo llamado “El VIH y los niños y adolescentes”, consultado el 1 de junio, menciona como otro factor de riesgo el consumo de bebidas alcohólicas o uso de drogas, ya que es más probable que los adolescentes que estén bajo los efectos del alcohol o de las drogas participen en comportamientos arriesgados, como relaciones sexuales sin condón.
De acuerdo con a la UNICEF, la prevención del VIH en jóvenes requiere atención especial en 3 grupos de población clave: hombres que tienen relaciones sexuales con alguien de su mismo género, personas que se inyectan drogas y trabajadores sexuales.
“Uno de los problemas en esta población radica en que a los adolescentes se les dificulta el apego a su tratamiento debido a las creencias y actitudes negativas o estigmas con respecto a la infección por el VIH. Es posible que ellos dejen de tomar alguna dosis de su tratamiento para ocultar su estado de infección cuando están con otras personas”, explicó el doctor Javier Báez-Villaseñor, Director Médico Asociado de Virología en MSD México.
Desde el 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) declararon que la innovación de los tratamientos para el VIH propicia el apego del paciente a su tratamiento, simplificando la dosificación, lo que permite a los pacientes mantener una buena calidad de vida. En México, existe el programa de acceso universal al tratamiento antirretroviral, el cual busca asegurar el abastecimiento de medicamentos antirretrovirales y pruebas de monitoreo clínico para las personas con VIH sin seguridad social.
Fuente: Crónica