Ventana

“Me canso, ganso”

Publicado por
José Cárdenas

Arropado por 30 millones de votos, el presidente López Obrador festeja en la plaza pública -su hábitat natural- el primer aniversario de su triunfo arrasador, su enorme bono democrático y una gran popularidad. Es algo inusual.

En todo este tiempo, la manera de imponer agenda, desde el púlpito mañanero, no tiene precedente.

A un año de la victoria electoral, el presidente incansable tiene un enorme empuje y obstinación retórica por poner a los pobres en el centro de las políticas sociales régimen y por hacer de México un país libre de corrupción, aunque ningún “pez gordo” haya sido castigado aún.

Pero la fecha también acarrea cuestionamientos y presiones.

Los indicadores de una economía decreciente que contiene el gasto público y la inversión en infraestructura, debido a una austeridad excesiva y obsesiva, menosprecia el impacto en el empleo, y por consecuencia el bienestar.

La inseguridad creciente es preocupante, sobre todo cuando pretende frenarse con una fuerza militarizada dizque bajo un halo de civilismo.

Las relaciones con Estados Unidos se han tensado a un grado peligroso, como consecuencia de una descuidada política migratoria al inicio de esta administración.

La 4T es duramente cuestionada por quienes, al haber perdido privilegios, advierten el peligro del populismo autoritario de López Obrador y las decisiones improvisadas de su gobierno.

Para el “mandamás”, buena parte de la administración pública, el empresariado y la mayoría de los medios de comunicación están infectados por el virus del neoliberalismo y deben ser combatidos.

En afán de dinamitar órganos autónomos, como la CNDH, las instituciones y la legalidad pasan a un plano secundario.

El presidente todo lo resuelve con dudosas consultas y mandatos a mano alzada. No da señales de admitir errores y menos parece dispuesto a corregir el rumbo, al contrario, todo lo justifica a partir del voto de castigo a sus antecesores por su herencia nefasta; el pasado los condena.

Desde hace un año, el presidente, primero electo, y desde hace siete meses constitucional, polariza, divide, sataniza y amenaza a quienes se atreven a pensar distinto y criticarlo.

¿Será que López Obrador cree que la igualdad se logra haciendo que todos seamos iguales?

 

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José Cárdenas