Gracias por asomarse a la Ventana…
Cuando todo parecía enfilarse a la ratificación del nuevo tratado comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC) nos parte un rayo…
El presidente Donald Trump nos hostiga con aplicar aranceles progresivos desde un 5% hasta el 25% a partir del 10 de junio a todos los bienes importados de México.
¿El pretexto?
La poca decisión del gobierno mexicano para frenar el éxodo centroamericano, con grave perjuicio para los intereses de seguridad estadunidense. Una mentira, pero una mentira suficiente para amenazar otra vez a los mexicanos y emocionar a sus electores…
En esas condiciones, el presidente López Obrador le manda una carta al vecino sulfúrico; le pide prudencia y preservar nuestra bonita y sagrada amistad; Trump, se hace el sordo…
Marcelo Ebrard está en Washington con un equipo negociador, para recordarle al vecino que México no será Tercer País Seguro, lo que obligaría a los migrantes centroamericanos a solicitar asilo en nuestro país, cancelando la posibilidad de hacerlo en Estados Unidos… Justo lo que quiere Trump…
“México ha enviado una numerosa delegación para hablar acerca del problema fronterizo. El problema es que llevan 25 años hablando. Queremos acción; no plática. Si lo quisieran podrían resolver la crisis de la frontera en un solo día”.
Trump no quiere diálogo, discursos, ni empeños ociosos…
Y así es muy difícil hablar con alguien…
A México no le queda sino perseverar en su única fuerza: el derecho y la diplomacia. Frente a ese país –y a todos los demás–, no tenemos otras armas que la razón y la justicia…
Lo malo es que esas armas nunca han bastado frente a tan poderoso vecino…