Lilian Tintori Parra, esposa de Leopoldo López, aterrizó este martes en Madrid. En un comunicado, la activista ha explicado que iniciará una gira internacional. Se trataría de una petición del jefe del Legislativo, Juan Guaidó, reconocido por más de 50 países como presidente interino de Venezuela. “Esta nueva etapa la asumo con fortaleza (…) Continuaré denunciando con firmeza todas las violaciones de Derechos Humanos que ocurren en nuestro país, seguiré exigiendo la libertad de todos los presos políticos”, ha agregado. Su inesperado viaje ha despertado suspicacias en Venezuela porque desde el pasado 30 de abril, día de un intento de alzamiento militar contra el Gobierno de Nicolás Maduro, ella, el exprisionero político y la menor de sus hijos estaban en condición de “huéspedes” en la Residencia de la Embajada de España en Caracas.
Su estadía en la sede diplomática había elevado la tensión. López, liberado por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), había retado al régimen al aparecer con varios militares sublevados en las cercanías de la Base Aérea de La Carlota, al este de la capital, y después de ser liberado de su arresto domiciliario por orden del jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó.
Se trataba del comienzo del cambio político, según voceros de la oposición. Pero las intenciones de concretar la Operación Libertad, el plan anunciado por Guaidó para dirigir desde el Palacio de Miraflores, se pulverizaron cuando el alto mando castrense apoyó una vez más al sucesor de Hugo Chávez. Días después, López, condenado a casi 14 años de cárcel por su presunta responsabilidad en varios actos violentos durante las protestas de 2014, insistió en que se había reunido con militares de alta jerarquía para restaurar la democracia en el país sudamericano. Sus declaraciones coincidían con las emitidas por John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, que afirmó que Vladimir Padrino López, ministro de Defensa; e Iván Hernández Dala, comandante de la Guardia de Honor Presidencial y jefe de Contrainteligencia Militar; y Maikel Moreno, presidente del Supremo, tenían un pacto para deponer a Maduro.
Pero lejos de una transición política, la persecución recrudeció en Venezuela. El Supremo ordenó el enjuiciamiento de varios parlamentarios por su presunta conspiración, muchos ahora están protegidos por embajadas o en la clandestinidad. De hecho, Édgar Zambrano, vicepresidente del Legislativo, fue arrestado.
López permanece en la residencia de la Embajada de España. Según fuentes diplomáticas, el opositor no tiene intenciones de abandonar Venezuela. De momento, el oficialismo prefiere no comentar sobre la salida del país de su esposa y de su hija de un año de edad.
Ahora, las especulaciones se apoderan del escenario político venezolano. La ruta de su viaje es enigmática. La esposa de López había denunciado en septiembre de 2017 que las autoridades migratorias venezolanas habían retenido su pasaporte e impedido viajar por orden de la Fiscalía que, en ese momento, investigaba el hallazgo de 200 millones de bolívares (unos 9.500 euros entonces) en su coche. Pero tenía pasaporte europeo, lo que pudo facilitar su salida. Su actividad se ha centrado en la defensa de los presos políticos y, especialmente, de su marido desde hace cinco años. En sus visitas al extranjero se había reunido con varios presidentes, entre ellos Donald Trump.
La familia del líder opositor ha encontrado un refugio en España ante la persecución del régimen que mantiene a 793 presos políticos en las cárceles venezolanas. Leopoldo López Gil y Antonieta Mendoza, padres del dirigente de Voluntad Popular, obtuvieron la nacionalidad por carta de naturalización en diciembre de 2015. Fue una medida del Gobierno de Mariano Rajoy para proteger a los parientes del principal adversario de Nicolás Maduro.
elegido recientemente como eurodiputado en las listas del PP. En España, no solo se encuentran los padres del opositor en el país. Diana López Mendoza, hermana mayor del líder político, y su esposo Herman Sifontes también consiguieron la nacionalidad en mayo de 2016. La cifra exacta de familiares de presos políticos y exiliados por el chavismo es imprecisable. Para Alfredo Romero, director de la ONG Foro Penal, es difícil contabilizarlos porque muchos deciden abandonar Venezuela sin ofrecer informaciones por temor.
Fuente: El País