El brote de ébola que sacude el noreste de la República Democrática de El Congo ha causado ya más de 1.200 muertes y 1.800 contagios desde que se declaró el pasado agosto, según los últimos datos que ha presentado el Ministerio de Sanidad del país. En un informe con cifras del pasado 18 de mayo, las autoridades han cifrado en 1.209 el número de víctimas mortales, de los que 1,121 han sido confirmados en laboratorio y el resto son probables.
Esos datos implican el fallecimiento de 85 personas en menos de una semana, al tiempo que los casos de contagio ascienden a 1.816 de los que 1.728 han sido confirmados en laboratorio. La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) advirtió el pasado jueves de la rápida expansión del ébola en la República Democrática del Congo, ya que, pese a algunos pequeños éxitos en la contención del virus, se ha producido un alarmante aumento de los casos diarios durante las últimas semanas.
«No podemos permitir que el ébola se atrinchere en (las provincias de) Kivu del Norte e Ituri o que se extienda a áreas urbanas donde será mucho más difícil de controlar, y tampoco podemos permitir que cruce las fronteras internacionales», subrayó el director de Salud y Atención de la Cruz Roja, Emanuele Campoblanco. Este brote (el más letal en la historia del país y el segundo a nivel mundial tras la epidemia en África Occidental en 2014) se declaró el pasado 1 de agosto en Kivu del Norte e Ituri. Sin embargo, el control de la epidemia se ve dificultado por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y también por la inseguridad en la zona, en la que operan grupos armados y milicias rebeldes que han llegado a atacar centros de atención a pacientes de ébola.
Con todo, se han efectuado más de 119.600 vacunaciones desde que se inició la campaña, el 8 de agosto, mayoritariamente en las ciudades de Katwa, Beni, Butembo, Mabalako y Mandima, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad. El brote de ébola más devastador en la historia fue declarado en marzo de 2014, con casos que se remontan al 2013 en Guinea-Conakri, país desde el que se extendió a Sierra Leona y Liberia. Casi dos años después, en enero de 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) proclamó el fin de la epidemia, en la que murieron 11.300 personas y más de 28.500 fiueron contagiadas; unas cifras que el organismo de la ONU advierte que responden a un cálculo conservador.
El virus del ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados, provoca fiebre hemorrágica y llega a alcanzar tasas de mortalidad del 90% si no es tratado a tiempo.
Fuente: 20 Minutos