En la señal más clara de que Venezuela deja atrás su compleja red de controles financieros, los bancos locales podrán volver a comerciar divisas. Es probable que la medida sea demasiado tardía ya que el país es presa de la hiperinflación y una crisis económica histórica.
A partir de este martes, individuos y empresas podrán comprar o vender divisas en bancos privados y estatales y el promedio de las transacciones será publicado como tasa oficial por el Banco Central, según una resolución del 2 de mayo publicada este día.
La medida se conoce tras reuniones mantenidas entre el gobierno y los bancos la semana pasada que fueron encabezadas por el presidente del Banco Central, Calixto Ortega, el vicepresidente para el Área Económica, Tareck El Aissami, y el regulador bancario Antonio Morales, según personas con conocimiento directo de las conversaciones.
La medida fue unilateral del Gobierno y no requirió cabildeo por parte de los bancos, comentaron.
Desde que el expresidente Hugo Chávez instauró los controles cambiarios en 2003 tras sobrevivir a un golpe de Estado, el Gobierno ha controlado en gran medida la compra y venta de dólares en un sistema que por momentos creó grandes subsidios para que los venezolanos viajaran al extranjero y compraran bienes y también ofreció oportunidades de arbitraje inmensamente rentables para gente cercana a la administración federal y empresas con contratos estatales, facilitando así la corrupción.
En los últimos años, a medida que la brecha entre la tasa oficial y el mercado negro fue creciendo, algunos controles comenzaron a eliminarse y hoy en día en las calles de Caracas ya hay básicamente una tasa única con muchas transacciones realizadas con dólares estadounidenses o utilizando tarjetas de crédito extranjeras.
«La medida es importante y servirá como un respiro para las empresas, pero no más que eso», señaló Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica en Caracas.
Los efectos en la economía serán limitados ya que hay problemas más grandes que limitan al mercado de divisas.
Con solo 8 mil 500 millones de dólares en reservas de divisas, gran parte de ellas en lingotes de oro, el Gobierno probablemente no podrá satisfacer la demanda del dólar, lo que dejará al sector privado y a las personas naturales con la carga de cerrar parte de la brecha.
Muchas empresas multinacionales han sido nacionalizadas, descontinuaron sus operaciones o las han reducido de manera considerable. Incluso la importante industria petrolera se tambalea por la producción, que se hunde al nivel más bajo en décadas.
Si bien la medida tiene el potencial de simplificar las transacciones y permitir que las personas protejan los ahorros de los altos niveles de la inflación y un bolívar que se devalúa rápidamente, se anuncia en medio de una dramática crisis política en la que el presidente Nicolás Maduro y Juan Guaidó, el timonel de la Asamblea Nacional opositora, afirman ser el líder legítimo del país.
La última variación de un sistema estatal de subastas de moneda extranjera, conocido como Dicom, se ha vuelto irrelevante en los últimos meses y no está claro si continuará.
En lo que va de 2019, el Banco Central ha vendido solo 40 millones de dólares a través del Dicom, según Henkel García, director de la consultora Econométrica de Caracas.
La reciente sanción a la autoridad monetaria por parte de Estados Unidos agilizó la decisión de abrir el comercio de divisas a los bancos comerciales, ya que las empresas expresaron su preocupación por participar en transacciones en la plataforma Dicom, según personas familiarizadas con el asunto.
Fuente: El Financiero