El presidente Donald Trump ha declarado este miércoles una emergencia nacional para proteger las redes de telecomunicaciones estadounidenses, a través de una orden ejecutiva que entrega competencias al Gobierno federal para prohibir a empresas que contraten con proveedores extranjeros. La medida, que de facto constituye una barrera a la compañía china Huawei, aunque no la menciona, supone una nueva escalada en la guerra comercial con el gigante asiático.
La orden ejecutiva dirigida al secretario de Comercio, que deberá elaborar un plan para su puesta en práctica, invoca una ley que confiere al presidente la autoridad de regular el comercio en respuesta a una emergencia nacional que amenace a Estados Unidos. Se justifica en el supuesto aprovechamiento de las vulnerabilidades de la tecnología de telecomunicaciones estadounidense por parte los adversarios extranjeros, y señala el espionaje industrial como particularmente preocupante. La medida, con la que se llevaba especulando desde hace meses, supone un nuevo recrudecimiento de la guerra comercial y de seguridad con China y constituye la más contundente ofensiva hasta la fecha contra su sector tecnológico.
“El presidente Trump está actuando una vez más para proteger la seguridad nacional. Esta orden ejecutiva responde a la amenaza que entrañan los adversarios extranjeros a la cadena de suministros de servicios y tecnología de comunicaciones e información de la nación”, ha dicho el secretario de Comercio, Wilbur Ross, en un comunicado.
La medida se produce cuando las conversaciones entre Washington y Pekín para tratar de poner fin a la ardua guerra comercial en la que se hallan inmersos se encuentran en un aparente punto muerto. Ambas partes se han impuesto la una a la otra, aranceles por valor de centenares de miles de millones de dólares en las últimas semanas. El gris panorama puede haber llevado al Consejo Económico Nacional, que llevaba meses bloqueando la iniciativa, a renunciar a sus objeciones. Los temores sobre las amenazas a la seguridad que representa Huawei son compartidos, en general, por republicanos y demócratas.
Estados Unidos lleva meses advirtiendo a sus aliados contra la contratación con Huawei para construir las redes de tecnología 5G, bajo amenaza de romper la cooperación en materia de inteligencia. Ahora podrá predicar con el ejemplo. Lo cierto es que las principales compañías de telefonía de EE UU ya han descartado utilizar la tecnología de Huawei en sus proyectos de 5G, pero esta orden ejecutiva garantizará que tampoco recurran a ella las compañías estadounidenses más pequeñas.
Detrás de la iniciativa contra la expansión de Huawei está el temor de que a través de la compañía, debido a sus vínculos con el poder y al control que las autoridades tienen sobre las empresas chinas, Pekín pueda espiar las comunicaciones o directamente cortarlas en un escenario de conflicto. Ninguna empresa estadounidense puede competir por ahora con las chinas en la tecnología 5G, que promete conexiones móviles mucho más rápidas y una nueva estructura de Internet que permita la conexión de millones de objetos, desde coches autónomos a cámaras de seguridad.
Fuente: El País