Los productores del centro del país y Sonora redujeron sus exportaciones en 30 por ciento y 50 por ciento, respectivamente, desde el 7 de mayo, debido al establecimiento de una cuota compensatoria de 17.56 por ciento para poder exportar jitomate desde México a Estados Unidos.
“A partir del 7 mayo comenzamos con los aranceles, entonces las organizaciones estamos ahorita empezando a recibir información de los productores avisando que ’ya dejé de exportar, o no he podido conseguir el dinero para la cuota o estoy abandonando ya campos porque no encuentro mercados’”, dijo Salvador García, presidente del Consejo Agrícola de Baja California y empresario involucrado en las negociaciones.
Para poder exportar su producto a EU, los productores mexicanos tienen que pagar con antelación fianzas por el 100 por ciento del valor total del volumen enviado a Estados Unidos, lo que también ha sacado del negocio a varios de los jugadores del sector.
Desde el pasado 7 de mayo, cuando el Departamento de Comercio de Estados Unidos decidió eliminar la aplicación del acuerdo de suspensión, los exportadores mexicanos comenzaron a afrentarse a esa cuota.
“Ya tenemos reportes de empresas que nos dicen que ya no están exportando por falta de capacidad económica para poder poner las fianzas porque las finanzas en este caso nos las pusieron (el Departamento de Comercio) con colateral de 100 por ciento en efectivo, cuando normalmente una fianza es del 10 por ciento, entonces hay que ponerlo por adelantado y hay mucha gente que ya no lo pudo hacer, entonces esa producción, lo que está cosechando, la está mandando al mercado nacional”, dijo García.
De prolongarse esta situación e incrementarse la oferta de jitomate a nivel nacional, el precio del producto bajaría, sin embargo, a pesar de que esto beneficiaría al consumidor en el corto plazo, a mediano y largo plazo esta situación golpearía definitivamente a la industria agroalimentaria.
“Con ese arancel tan fuerte, al no tener ese recurso, (los productores nacionales) van a voltear a ver al mercado mexicano y lo van a inundar y en ese momento el precio del jitomate va a bajar, pero la recuperación de ese ingreso del mercado mexicano no es suficiente para poder mantener a la industria, entonces las hectáreas que se estaban dedicando a jitomate se va a reducir de una manera muy significativa con todo lo que va a implementar, despidos de trabajadores, cierres de empresas, empacadoras”, dijo Antonio Cruz, miembro de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida.
De la misma forma, los tomateros aseguraron que, de seguir por dos o tres meses más bajo estas estas condiciones, los pequeños y medianos productores dedicados a la exportación, que constituyen la mitad de los 700 empresarios dedicados a esta labor, podrían empezar a sufrir afectaciones que empezarían a borrar su huella en la industria nacional.
En este contexto, el 29 de mayo, los empresarios del sector se reunieron con el subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Jesús Seade, para pedirle la aceleración de las negociaciones y evitar que la industria a nivel nacional resulte más afectada de lo que ya está.
Los productores informaron que, el subsecretario Seade, se comprometió a negociar de la mano con ellos ya que, aseguran, la parte técnica para obtener un nuevo acuerdo de suspensión está avanzada al 90 por ciento, sin embargo, consideran que lo que hace falta es voluntad política de la parte americana para poder resolver la situación.
Asimismo, expusieron que el departamento de Comercio de Estados Unidos no les ha dado una respuesta de la propuesta que lanzaron el 22 de mayo en donde cedían en muchas de las peticiones que sus contrapartes estadounidenses pedían. (DANIEL BLANCO. EL FINANCIERO)