El presidente de la Confederación Nacional de Productores Rurales (CNPR), Eduardo Orihuela Estefan, afirmó que es indispensable que el gobierno mexicano intensifique las negociaciones, a través de la Secretaría de Comercio, de Agricultura y Desarrollo Rural, y de Relaciones Exteriores con su contraparte de Estados Unidos, para llegar a un nuevo entendimiento comercial que permita mantener el comercio del tomate en las mejores condiciones.
Tras la suspensión del Acuerdo de Suspensión a la Investigación Antidumping a las exportaciones mexicanas de tomate, dijo Orihuela Estefan advirtió que el impacto por la imposición de arancel trae efectos negativos que pegan no sólo en el comercio, sino puede extenderse al empleo en donde se encuentran 1.4 millones de personas laborando.
Aún cuando el esquema del comercio de tomate está fuera del Tratado de Libre Comercio entre México y EU (T-MEC), es claro que “la Florida no es capaz de alcanzar índices de producción y productividad, calidad y sanidad, para surtir al resto de la demanda que plantean muchos estados de la Unión Americana”.
Datos de la Secretaría de Agricultura y de Economía, así como del INEGI, coinciden en que el tomate es una de las hortalizas de mayor consumo en México y es creciente su demanda en los mercados internacionales. Actualmente es el tercer producto agrícola de exportación, después de la cerveza y el aguacate. En el mercado de Estados Unidos, uno de cada dos tomates que se consumen, es de origen mexicano.
Estos números indican que la actividad productiva, de la industria y la comercialización del tomate, se ha desarrollado con perspectivas bien encaminadas. El año pasado se alcanzó un nivel de exportación del orden de 2,000 millones de dólares, mientras que se espera una demanda creciente nacional y de exportación.
Al referirse a las repercusiones que habrá en el mercado norteamericano, son en el sentido de un alza del precio en los mercados. Los consumidores tendrán que pagar un sobreprecio de entre el 38 y 70%, comparado con el que prevalece en la actualidad.
Esta perspectiva, añadió, sería resultado de que se dé una intermediación del comercio de México hacia otros países que disfrutan de mecanismos de acceso a los mercados de Estados Unidos. Es una alternativa, pero esto conlleva aumento de precios. (MARÍA DEL PILAR MARTÍNEZ. EL ECONOMISTA)