El End of the Road World Tour no era una amenaza por parte de Kiss, era una promesa. Una de las bandas más representativas del rock no podía despedirse de los escenarios sin visitar México por última vez y la primera edición del festival Domination fue el pretexto perfecto para hacerlo.
Después de 46 años en los escenarios llevando al mundo un espectáculo de rock que marcó a más de cuatro generaciones —y puso de moda el maquillaje para dar vida a diferentes personajes— Paul Stanley, Gene Simmons, Tommy Thayer y Eric Singer decidieron colgar sus instrumentos no sin antes dar una última vuelta por el mundo.
Así, con un video que los siguió desde los camerinos hasta el escenario Domination, Kiss inició su último concierto en la Ciudad de México con Detroit Rock City.
Sesenta mil personas se congregaron en la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez para despedirse de la agrupación. Muchos de ellos con playeras de la banda y caras pintadas emulando a cada uno de los personajes; abuelos, hijos y nietos hicieron un último ritual con canciones como Shout It Out Loud y Deuce.
¿Cómo están México? Hicimos un viaje muy especial para estar aquí. No hablo muy bien español, pero entiendo sus sentimientos. Las personas que están aquí la van a pasar muy bien esta noche, déjenme escucharlo”, dijo Paul Stanley antes de dar vida a Say Yeah y I Love It Loud, en las que Simmons no dudó en darles el toque diabólico de su personaje.
Durante 120 minutos, y sin cambiar la lista de temas que han venido tocando desde el 31 de enero que arrancó la gira, Kiss hizo revivir a sus fans la época en la que cada uno se enganchó con temas como Heaven’s On Fire, War Machine, Lick It Up y Calling Mr. Love a su melódico rock.
Fuego, maquillaje, plataformas, brillo —mucho brillo— y cervezas volando por encima del público fue como se vivió la experiencia de la última presentación de la banda en México, en la que temas como Physco Circus, Love Gun y Rock N’ Roll All Nite, hicieron vibrar la primera jornada del festival Domination.
Otra de las bandas más esperadas de la noche fue Limp Bizkit. Fred Durst y compañía tuvieron a todos en la bolsa con su karaoke, que no hizo falta cuando los fans sabían que el niu metal que estaba sonando formó parte de toda una generación.
My Generation, Nookie, Break Stuff. Fred Durst estaba encima con tanta gente, burlándose de si sabían o no español, de si podían cantar rolas de Nirvana o no, al final fue puro performance para un hombre acostumbrado a la mala vida. La mayoría de Domination se rindió a sus pies, se fijó en Take a Look Around, de la banda sonora de Misión Imposible 2, y tiró uno de los escenarios principales. Nadie cayó herido, ni lastimado, los niños que iban maquillados de Kiss vieron atónitos a la generación noventera desvivirse con Bizkit. Ellos tuvieron una gran audiencia, mucho mayor a Slash y Myles Kennedy & The Conspirators, el icónico guitarrista de Guns N’ Roses, cuya única rola de esa época fue Nightrain.
Fuente: Excélsior