El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha restado importancia a la primera gran manifestación contra el Gobierno, que tuvo lugar el domingo en la capital y otras ciudades, subrayando que no es una “monedita de oro” que guste a todo el mundo.
“No aspiramos a ser monedita de oro”, ha dicho AMLO, como se le conoce popularmente, en la rueda de prensa diaria que ha dado este lunes desde Palacio Nacional al ser cuestionado sobre las miles de personas que tomaron las calles de México en la llamada marcha del silencio el día anterior para protestar contra su Gobierno.
López Obrador ha considerado “lógico” que se produzcan manifestaciones porque cuando llegó al poder, el pasado 1 de diciembre, ya avanzó que “no iba a ser un cambio de gobierno, sino un cambio de régimen” para “escuchar a los más desprotegidos”.
“No llegamos para ser floreros, para estar de adorno”, ha señalado, anticipando que no cambiará el rumbo de su Presidencia. “Yo les digo, ‘me quiebro, pero no me doblo’ y ‘el que se aflige se afloja’. Ahí va la cuarta transformación”, ha dicho.
Sin embargo, al mismo tiempo ha considerado que “sería una incongruencia que no se permitiera la libre manifestación de las ideas“. “Por eso, celebro que exista esta manifestación”, ha añadido, animando incluso a sus detractores “a que continúen protestando”.
Miles de personas marcharon desde el Ángel de la Independencia hasta el Monumento a la Revolución al grito de “fuera AMLO”. Las manifestaciones se repitieron en otras trece ciudades. En León, por ejemplo, participó el expresidente Vicente Fox.
López Obrador, calificado de populista por sus adversarios políticos, ha tomado polémicas medidas como la cancelación de las obras en marcha para construir del nuevo aeropuerto de Ciudad de México para comenzar otras y una nueva política de hidrocarburos.
Fuente: altonivel.com