Las cosas se pusieron feas en Brasil la semana pasada con una mezcla de protestas a nivel nacional, tensiones políticas y el desmoronamiento de las estimaciones de crecimiento que se sumaron a una ola de pesimismo en los mercados emergentes.
El real tuvo un desempeño inferior al de todos sus pares de países en vías de desarrollo, al caer a su nivel más bajo en ocho meses el pasado viernes, a medida que los operadores revaluaban las probabilidades de la emblemática reforma de las pensiones del gobierno. El mayor fondo cotizado en bolsa que sigue las acciones brasileñas, el ETF iShares MSCI Brazil valuado en ocho mil millones de dólares, borró su ganancia interanual mientras el índice bursátil Bovespa cayó en corrección el jueves de 10 por ciento menos frente a su máximo a mediados de marzo.
Decenas de miles de manifestantes marcharon el pasado miércoles en las principales ciudades de Brasil, para protestar contra la congelación del presupuesto de educación, manifestación que se sumó a los factores adversos que afectan la agenda legislativa del presidente, Jair Bolsonaro. A principios de esta semana, la Cámara Baja aprobó una moción para convocar al ministro de Educación a una audiencia, y los medios locales informaron que el presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, la persona más influyente en el debate sobre la ley de pensiones, sería mencionado en un acuerdo de culpabilidad en un caso de corrupción.
En otro revés a los activos brasileños, firmas como BNP Paribas y Goldman Sachs recortaron sus previsiones de crecimiento para este año después de que un índice de actividad económica mostrara una contracción mayor a la esperada en marzo. La falta de crecimiento mantendría debilitado el perfil crediticio de Brasil, incluso si se aprobara una reforma de pensiones sólida, dijo Fitch Ratings.
«Los mercados están cambiando sus opiniones sobre la reforma de las pensiones, los crecientes riesgos a la baja para el crecimiento y un escenario global deficiente para los mercados emergentes», dijo Win Thin, director global de estrategia de divisas en Brown Brothers Harriman, con sede en Nueva York. “Tenemos la receta perfecta para un real más débil. Las protestas no ayudaron”.
Brasil no estaba solo. Todas menos una de las 24 monedas de los mercados emergentes se debilitaron esta semana y las acciones cayeron a medida que aumentaban las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, con el aumento de los aranceles de ambos países. Los datos de actividad de estas dos naciones también frustraron las previsiones de los economistas, un hecho que restableció las preocupaciones sobre el crecimiento mundial.
El real de Brasil superó el nivel psicológico clave de cuatro reales por dólar y se negoció firmemente sobre esa cifra, lo que alimentó el debate sobre la posible intervención del banco central. Estrategas de Citi dijeron que las autoridades probablemente intervendrían si la moneda llegara a 4.2 por dólar, que era el mínimo del 2018.
«Creo que el real a cuatro por dólar está barato y algunas acciones también se están abaratando», dijo Greg Lesko, gerente de cartera de Deltec Asset Management en Nueva York. «Es probable que este sea un viaje accidentado, pero aún espero que se produzca una reforma a la seguridad social y que se eleven los activos brasileños».
Fuente: El Financiero