El 28 de mayo se celebra el Día Internacional de la Hamburguesa, qué tal una doble de queso, extra de pepinillos, cebolla fresca, mostaza y kétchup. Mientras lo piensas, te contamos algunos de los secretos mejor guardados del famoso platillo.
Aunque su origen no queda muy claro, sí sabemos que el sándwich que ha dado la vuelta al mundo durante décadas, debe su nombre a la ciudad alemana. Serían los propios alemanes que emigraron a Estados Unidos quienes exportaron este bocado.
Allí se empezaron a vender hamburguesas, y desde entonces se ha convertido en una de las comidas más consumidas del mundo. Estamos a finales del siglo XIX, cuando la receta llega a manos de Louis Lassen. En su local de Connecticut se vendió la primera burger estadounidense.
El local de Louis Lassen todavía se llama Louis Lunch. Y decimos todavía porque aún sigue abierto. Desde 1895, en New Haven siguen preparándola de la forma más tradicional. Los que vayan a probar la primera hamburguesa americana, no encontrarán la carne dentro de un pan redondo.
En este coqueto local con la fachada roja, la carne la sirven en pan tostado. Sí, cuadrado. La preparan con cebolla, tomate y queso. Aquí no ha espacio para el kétchup ni la mostaza. Es uno de los pocos lugares donde podemos tomar la auténtica y genuina hamburguesa. Esa que nunca pensó en la fama que se le venía encima.
Nos tenemos que ir hasta Tokio para disfrutar de esta extravagancia. Concretamente al Gran Hyatt de la ciudad nipona. Se llama Golden Giant Burger. Traducido al español “La Gran Hamburguesa Dorada”. 3 kilos de carne. Entre ellas, una de las favoritas: la wagyu.
El plato lo presentan cubierto por una nube de polvos de oro. También lleva trufa negra y foie grass. Su precio ronda los 800 euros y debido a su tamaño, lo mejor es compartir (con varios comensales, a ser posible).
Como el resto de los mortales, el autor de El Viejo y el Mar tenía su hamburguesa fetiche. La preparaba con ajo, cebolla, salsas picantes, alcaparras y especias. La receta fue encontrada en la casa que tenía el escritor en su casa de Cuba y hasta tiene su propio nombre.
Bautizada como “Papa´s Favourite Burger”, era la hamburguesa preferida de Papa, como le llamaban en la intimidad. Crujiente por fuera y rosada por dentro. Como él mismo escribe, esta es su hamburguesa ideal. “Pero cada uno tiene la suya”. (Hemingway dixit.)
Ahí van unas líneas para los que sencillamente disfrutan de la hamburguesa sin pensar en nada más. Hablamos de La Quadruple Bypass Burger. Se ha ganado entrar en el Libro Guinnes de los Records por ser la que más calorías tiene.
Casi 10.000 calorías repartidas en cuatro piezas de carne, queso americano, panceta, cebolla caramelizada, tomate, mayonesa, kétchup y mostaza. Es una de las especialidades del restaurante Heart Attack Grill y para probarla, tendremos que ir a Las Vegas.
Y en el mismo libro, récord para la hamburguesa más grande jamás documentada. Con un millón de calorías, una sola persona podría alimentarse de ella durante dos años. Además de la carne, los cocineros utilizaron para crearla más de 20 kilos de queso, 15 kilos de lechuga y casi 10 kilos de cebollas. Fue preparada en la ciudad estadounidense de San Diego y su peso total fueron 350 kilos.
La favorita de Obama:
Five Guys
En plena campaña electoral, el entonces Presidente de Estados Unidos, hacía un alto en el camino para comer. Su almuerzo: una hamburguesa de Five Guys, una de las cadenas estadounidenses que debe su nombre a los hermanos que la crearon. Las imágenes dieron la vuelta al mundo.
10 años han pasado ya desde que Barack Obama degustara el sándwich ante todos. No sabemos si realmente es o no la hamburguesa preferida de Obama, lo que sí sabemos es que ese día pidió la Bacon cheeseburger con pepinillos, tomate, lechuga, cebolla, ketchup y mostaza.