Miles de venezolanos tomaron este sábado las calles para protestar por la falla de servicios que mantiene a oscuras y sin agua a parte del país.
Los manifestantes también reclaman la salida del gobierno de Nicolás Maduro, que ha recibido nuevas sanciones de Estados Unidos.
Venezuela sufre hiperinflación, recesión, escasez de productos e interrupciones de su servicios básicos que provocan protestas en varios puntos del país.
El líder opositor y jefe del Parlamento, Juan Guaidó, llamó a salir a las calles el sábado en el inicio de una ola de manifestaciones «definitivas» para presionar a Maduro a dejar el cargo, porque considera que su reelección en mayo del 2018 fue un fraude y es responsable de la grave crisis.
En varios puntos de Caracas, miles de manifestantes ganaron las calles, algunos golpeando ollas y otros cargando pancartas contra el gobierno de Maduro.
«Queremos salir de esta dictadura que nos tiene sin luz, sin agua, sin alimentos y no podemos ir a la frontera a buscar nada», dijo Ana Iris Sánchez, de 64 años, mientras llevaba un muñeco de trapo con la leyenda «Usurpador» en una avenida que fue cortada por la protesta al oeste de Caracas.
Venezuela sufrió en marzo dos extensos apagones que dejaron a oscuras a gran parte del país. El gobierno los atribuyó a un «sabotaje», pero expertos dicen que las suspensiones obedecen a la falta de mantenimiento y de inversión en infraestructura.
Aunque el gobierno anunció cortes programados de tres horas en la semana que excluyen a Caracas, en varios estados son más prolongados, sobre todo en el oeste del país. En la capital todavía había algunas fallas en el suministro de agua.
En Maracaibo, capital del estado petrolero de Zulia, uno de los más castigados por los cortes de luz, la policía dispersaba las protestas con gases lacrimógenos e incluso con perdigones cuando apenas comenzaban. La Asamblea Nacional dijo en su cuenta de Twitter que dos diputados opositores fueron detenidos.
«Salí a marchar para buscar un cambio por mis hijos, hace un mes casi pierdo a uno de ellos porque me le dio hepatitis», dijo Denis Fernández, de 25 años, que había sido alcanzado por un perdigón. «Estoy harto. Me hirieron y aunque me asusté lo que me da es rabia».
«Mi presidente ahí se queda»
En respaldo a Maduro, cientos de oficialistas salieron desde el oeste y centro de Caracas batiendo tambores y mostrando su apoyo al oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en una marcha hacia el palacio presidencial.
Maduro dice que Guaidó es un «títere» de Estados Unidos y acusa a Washington de querer derrocarlo para apoderarse del petróleo venezolano con una guerra económica y «ataques electromagnéticos» a la infraestructura eléctrica.
«Los apagones nos afectaron, pero por eso no voy a estar en contra de mi presidente», dijo Maribel Ríos, una trabajadora de limpieza de 65 años. «Haya lo que haya, yo sigo luchando por mi patria y por mi presidente Nicolás Maduro, damos la vida si es necesario, pero es mi presidente y ahí se queda».
Washington anunció el viernes más sanciones contra el sector petrolero, la principal fuente de divisas del país, para tratar de cercar financieramente al gobierno.
Este sábado, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) anunció una visita a Venezuela de su presidente, Peter Maurer, del 6 al 10 de abril. La Cruz Roja prometió enviar asistencia humanitaria para sus hospitales en el país.
Fuente: El Financiero