El caso de Armando Vega Gil repercutió en la sociedad mexicana por tratarse de una figura pública.
“Ya me hicieron polvo, ya no tengo credibilidad como músico y fotógrafo y como escritor, que aparte la mayoría de las cosas que hago son para niños ¿no? y adolescentes, entonces me voy a quedar sin trabajo tarde o temprano”… “Mi vida está detenida, no hay salida”… “En esta perspectiva lo que menos deseo es que mi hijo se vea afectado.”
Éstas son algunas líneas de los documentos póstumos que dejó el músico y escritor Armando Vega Gil, tras haber tomado la decisión de terminar con su vida a causa de la presión virtual que se generó en su contra a partir de una denuncia anónima en las redes sociales.
En estos fragmentos, el artista refleja un convencimiento absoluto de que la actividad que le permitía el sustento ya estaba bloqueada, “no hay salida”, y por otra parte, aseguró que se quitaba del camino para que su otro pilar de vida, su hijo, no se viera afectado.
Afirmaciones como éstas, que no dan espacio al argumento, y para las que el único final es un desenlace violento, surgen en la mente de las personas que se sienten atrapadas en su realidad, con o sin razón, y que al perder la esperanza o sentido de vida, encuentran en la propia muerte la única salida.
Inocente o culpable, cualquier persona que sea amedrentada psicológicamente por la comunidad real o la virtual, puede tomar determinaciones como esta en poco tiempo, cabe recordar que entre la denuncia anónima y la consumación del acto transcurrieron poco más de 14 horas.
Aunado a esto, si se considera que en México diecisiete por ciento de la población padece algún trastorno mental, y que uno de cada cuatro mexicanos lo desarrollará en algún momento de su vida, se amplían las posibilidades de que cualquier persona con o sin problemas psicológicos, psiquiátricos, neurológicos o emocionales opte por una determinación como la del artista.
El caso de Armando Vega Gil repercutió en la sociedad mexicana por tratarse de una figura pública, sin embargo anualmente quedan en el anonimato millares de personas que causan su propia muerte, argumento que se refleja en las estadísticas al observar que el suicidio es la segunda causa de muerte, únicamente entre los jóvenes de 15 a 29 años de edad.
Sobrevivir a una sociedad líquida. Vega Gil, al tanto como un número indeterminado de infantes y adolescentes víctimas de bullying, por sólo poner un ejemplo, decidieron quitarse la vida, eventos que tienen en común la presión que ejercen las redes sociales, comunidades virtuales en las que opinan entes con o sin nombre propio. A través de Twitter, una usuaria, Huachi Bombón, le preguntó al músico hoy occiso, qué si lo podría transmitir en vivo, acompañando el enunciado con una imagen en la que una pareja de adolescentes está tragando palomas de maíz.
Ante la exposición de las redes sociales, y de la comunidad real, nadie está libre de pasar por una crisis, ya que todos los seres humanos son vulnerables cuando se enfrentan a situaciones de ansiedad. Una vez presentado este riesgo, quienes podrán sobrevivir y anteponerse, serán las personas que como seres humanos hayan podido desarrollar la dimensión de la espiritualidad o área existencial. El psicoterapeuta especialista en logoterapia y análisis existencial, David Rodríguez Fuentes, explica que no se trata de un aspecto religioso o dogmático, sino de los factores que conectan al ser humano con su motivo de vivir, los cuales divide en dos áreas: 1) personas significativas como familiares y amigos (“por quién voy a vivir”) y2) proyectos personales o las cosas que dan sentido a la vida (el para qué viviré).
Armando Vega Gil, al igual que la mayoría de las personas que han cometido suicidio, dejaron alertas evidentes, incluso hasta con oportunidad de reacción. Rodríguez Fuentes, quien es director general de la Fundación Elegir con Sentido (Felsen A.C.) explicó que en estos casos lo que hace la logoterapia es la intervención en crisis, en la que lo más importantes es hacerle saber a la persona que se le comprende, y al mismo tiempo hacerle entender la forma en la que el problema en cuestión está afectando su vida diaria.
“Para nosotros es importante que la persona se sienta comprendida e identifique que todo lo que está viviendo lo está limitando en aquellas cosas que eran motor o que eran su gran pasión”, subrayó el especialista en logoterapia.
David Rodríguez apuntó que en México no tenemos una cultura de la prevención y que acudimos con cualquier especialista hasta que se detona la crisis, sin embargo la propuesta de la Felsen A.C. es no esperar a que las personas comiencen a perder la esperanza o el sentido de la vida, sino que al tomar en cuenta que el mundo es cambiante al igual que los seres humanos, es necesario replantearse día con día lo que son los motores de vida.
“Aunado a esto, también le enseñamos a las personas a donarse a los demás, a través del trabajo de voluntariado dedican su tiempo a escuchar y entender el sufrimiento del otro con lo que además de lograr la autotrascendencia, también se permite la humanización”, apuntó David Rodríguez.
Sólo dos personas conocen la realidad de lo que sucedió, y una ya no tiene vida. Tras más de tres mil cuatrocientos comentarios en contra y a favor en la cuenta de Twitter de Armando Vega Gil, la comunidad virtual comienza a enmudecer, esperando hasta otro suceso viral, silencio que en el plano terrenal no existe pero que sí dejó a un menor huérfano de padre.
¿DÓNDE ACUDIR?
Fundación Elegir
con Sentido A.C.
Sitio: www.felsen.mx
Correo: contacto@felsen.mx
Fuente: La Crónica de Hoy