Con 120 votos a favor y dos abstenciones, el Pleno del Senado avaló en lo general la llamada Reforma Laboral, que incluye cambios en la forma en que se organizan los sindicatos, en materia de justicia laboral y libertad sindical.
La reforma, que incluye cambios en la Ley Federal del Trabajo, la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, y la Ley del Seguro Social, entre otras, fue aprobada por la Cámara de Diputados la semana pasada.
Entre los cambios aprobados se incluye que las diferencias laborales entre patrón y empleado ya no serán resueltas por las Juntas de Conciliación y Arbitraje, sino por tribunales especializados.
También incluye la garantía de que los dirigentes sindicales sean electos por voto secreto y ya no se permitan elecciones por aclamación o a mano alzada.
Incluso, hace obligatorio que los sindicatos renueven de forma constante la representatividad de sus agremiados a través de diversos mecanismos, como la consulta de sus pliegos petitorios, o las negociaciones de los contratos colectivos.
Esta representatividad la obtienen las dirigencias sindicales siempre que 90 por ciento de sus agremiados respalden su gestión.