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Sanjuaneadas: Carlos Ferreyra

Publicado por
José Cárdenas

Carlos Ferreyra

 

Decían las abuelas, las mías, por lo que nos remontaremos a los fines de 1880 y principios de 1900: a Fulana de tal le dieron su buena sanjuaneada por andar de coscolina.

Sanjuanear es sinónimo de castigo, de represión, de violencia y de autoritarismos; lo debemos aplicar a las novedosas políticas de propaganda de los funcionarios del hospicio para adultos en plenitud, versión Fox, que rodean al presidente don Andrés Manuel López Obrador, conocido por sus adoradores como “cabecita de algodón”.

Sin protocolo se cambió la información institucional, el boletín con las actividades institucionales, por documentos en los que además de referirse a esas tareas, se interpreta y se orienta a los periodistas sobre cómo tratar la noticia.

Y si no lo hace, viene la sanjuaneada que lo mismo puede ser durante el “talk show” matutino del Palacio Virreinal donde mora don Peje, que en los nacientes programas de televisión puestos en manos de una serie de impresentables epigmenistas, carentes de razones, pero aptos para la diatriba, la ofensa, el albur y los juegos de palabras.

Los canales antes dedicados a temas culturales, ahora se dedican al análisis político. O de lo que entienden por análisis político, porque dedicarle a la señora esposa, ama de casa, escritora, historiadora, compositora, cantante, practicante de lenguaje barriobajero manual… ¡ah! y además madre, uno de los programas de una tal Berman y el marido de una secretaria de Estado, Ackerman, es el uso abusivo de privilegios y la disposición ilegal, al menos irregular, de medios del Estado para promover la venta de libros.

No sólo ellos, los moneros amafiados en torno a una sola idea, la de la exaltación de los valores indudables, inmarcesibles y omnímodos del mandatario y el escarnio de quienes disienten así sea en forma lógica, noble y explicada.

Canal 11 en manos de Pepetoño Álvarez Lima, hombre al que conozco un buen tiempo atrás y al que jamás imaginé verlo cumpliendo el papel de tapete. No lo aceptó como tricolor, no entiendo por qué lo asume bajo los tonos morado camote. Me apena.

La televisión universitaria, ya el gringo Ackerman se había apropiado de un espacio que conserva y hace extensivo a Canal 11; en canal 22 también hay programación novedosa y según versiones, allí aparecerá el ingenioso espacio dedicado a “Me canso ganso”.

Estos programas fueron diseñados para defender al gobierno actual. De ninguna forma para explicar sus políticas, ni para razonar las decisiones que a estas alturas en mayoría consideramos autoritarias o absurdas.

Con la popularización de lemas y frases simples, pretenden descalificar –y lo van a lograr—a quienes con argumentos válidos cuestionen al gobierno. Esto es, enfrentarán a la ciencia con la fe. Y guadalupanos al fin, los mexicanos siempre tenemos más fe que conocimiento.

En las grandes decisiones, recuerden, los paisanos dicen: si quieres resolver el problema, pídeselo a la Virgen de Guadalupe. Si prefieren dejarlo como está, encárgaselo al gobierno.

La carga principal de esta tarea de descalificación y de difamación contra los opositores al gobierno de don Peje, está ya en las robustas espaldas de doña Sanjuana. Mejor nombre no podía tener: responsable de organizar las sanjuaneadas contra los que pongan en duda sabiduría y certeza de las decisiones del ocupante del Palacio Virreinal.

En el reciente desacuerdo de la directora de Notimex, la agencia estatal, con el periodista Héctor de Mauleón, la señora envió un reportero que no reporteó, elaboró una nota repleta de impresiones personales orientadas a descalificar al autor de una obra dedicada al México del pasado.

Y para demostrar que el asunto va en serio, la Sanjuana le dio su vapuleada a El Universal porque el diario publicó el homenaje en Bellas Artes a un negociante religioso. La señora mandó a sus reporteros a investigar si la información del periódico podía calificarse como mentirosa.

Y cita el cotidiano: “Notimex solicitó las versiones de El Universal y del INBAL sin que hasta el momento haya una respuesta”.

Aclara: del INBAL, quien sabe, pero de El Universal, no es cierto. Y menciona que fue hasta el día siguiente que uno de los periodistas del rotativo recibió la llamada de un reportero de Notimex solicitándole una charla: “mira nada más ¿o sea que ahora primero publican y luego verifican la nota?”

En relación con las divergencias de la directora de la agencia pejiana, la señora ha dedicado el tiempo que le pagamos los contribuyentes para que trabaje, para insultar y burlarse –al menos lo intenta; no le da para mucho el magín—al decir, por ejemplo de De Mauleón: Llegó el nuevo Carlos Monsiváis… de verdad no se miden. No paro de reír”.

Y más: “pobrecitos los profetas del salinismo se quedaron sin su chayo y están rabiosos… te recomiendo una terapia para manejar el odio y la frustración. Saludos, querido”.

Conclusión, si antes los medios oficiales eran cuestionables, nunca llegaron al nivel de miserables. Hoy lo son y apenas están despuntando en su rabia, en desquite de impotencia acumulada tantos años en los que trabajaban con las limitaciones naturales al pertenecer a un sistema que no es ejemplar… pero al menos era ético.

Once, 22 y TVUNAM pasarán al recuerdo y abandonarán todo interés cultural o científico. Todo es político y el país, lo vemos en los símbolos nacionales, se ha convertido de tricolor en morado camote.

Me tuerzo del coraje no más de verlo.

carlos_ferreyra_carrasco@hotmail.com

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José Cárdenas