El gravísimo incendio registrado este lunes 15 de abril en la catedral de Notre-Dame de París está oficialmente «extinguido», pero sus consecuencias son desoladoras. Dos tercios de la techumbre han quedado completamente calcinadas, y aunque todavía no se han valorado los daños, se sabe que serán considerables. Harán falta de 10 a 20 años para que la catedral quede restaurada completamente, tal y como ha señalado el periodista Stéphane Bern, encargado de la misión de salvaguardia del patrimonio francés, en declaraciones recogidas por ‘Le Figaro’. «Afortunadamente en Francia tenemos artesanos y albañiles» con los conocimientos necesarios para ello, ha sostenido, pero habrá que reconstruir por completo la bóveda para que sea idéntica a la original. «Debemos respetar a los constructores de la catedral», ha añadido, al preguntarle si la reconstrucción se hará con madera de roble, como la original, o se plantea la posibilidad de usar otros materiales, como metal u hormigón.
Más de 500 personas han luchado directamente contra el fuego, y otros miles han estado trabajando en los alrededores de la capital parisina con un único objetivo: salvar Notre-Dame. Algunas de las reliquias y obras de arte de su interior se han salvado, pero el interior ha quedado calcinado. «El exterior está en pie, pero por dentro todo es negro», ha asegurado el monseñor Philippe Marsset. Y es que a pesar de ser un edificio de piedra, el fuego casi destruye una de las joyas de Francia. Una de las escenas más dolorosas durante el grave incendio fue el momento en el que la aguja central de la catedral se derrumbó, devorada por las llamas.
Lo que parece que no ha sufrido grandes daños en el interior de la catedral de Notre-Dame de Paris es el altar mayor, donde es encuentra un grupo esculpiod por Nicolas Coustou, el conocido como ‘Descenso de la cruz’ o ‘Piedad’. La cruz que se levanta en esta zona de la iglesia es obra de Nicolas Coustou, hijo de una familia de ebanistas y encargado de fabricar a principios del siglo XVIII la cruz que, aparentemente, sigue intacta.
Una de las vistas más fascinantes de la catedral de Notre-Dame, más allá de la mítica estampa vista desde el frente, se obtiene desde la quai de Montebello, al otro lado del Sena, fuera ya de la pequeña isla de la Cité en la que se encuentra la catedral. Desde aquí se puede apreciar el exterior del rosetón sur de Notre-Dame, también conocido como ‘Rose du Midi’ (Rosetón de Mediodía), diseñado por Jean de Chelles y Pierre de Montreuil a iniciativa del rey San Luis. La primera piedra de la fachada del transepto sur se colocó en 1258 y el rosetón, pieza central de la fachada, tiene un diámetro de casi 13 metros que, al añadirle el tragaluz sobre el que descansa, compone un vitral de hasta 19 metros. Precisamente este rosetón, con un total de 110 metros cuadrados de cristal en 84 paneles repartidos sobre cuatro círculos, sí se ha salvado de las feroces llamas que han dejado en vilo a medio mundo durante muchas horas. Lo mismo ha ocurrido con los otros dos, aunque se desconoce el alcance de los daños.
Desde luego, una de las imágenes más impresionantes que se han visto durante las últimas horas es la retransmisión desde el aire, a cargo de un ‘drone’ de la Policía, de la catedral vista desde arriba. Estas imágenes mostraban el fuego en el interior de casi todo el edificio, a pesar de que la estructura parece, finalmente, haber quedado salvada. Poco antes de las 23:00 de la noche, comenzaban las labores de rescate de las obras de arte, entre el humo y el agua empleada para enfriar los muros.
Fuente: El Confidencial