Tras la muerte de Armando Vega-Gil se dio a conocer un audio en el que realiza las reflexiones acerca de su entorno después de que apareció una acusación en su contra por acoso en el hashtag #MeToo, lo que le llevó a quietarse la vida.
En el audio explica que se encuentra acorralado y habla del irreparable daño a su credibilidad.
Qué ironía, una periodista compartió que la semana pasada, cuando habló con Vega-Gil, éste le comentó que el movimiento #MeToo debía crecer, por el bien de las mujeres. Treinta y dos libros en su haber, y un tuit le quita la vida.
La muerte del músico ha causado conmoción en todos los ámbitos, debido al contexto en el que se desarrolló.
Guionista del “Güiri-Güiri», creador de sátiras musicales y activista, era vastas sus actividades artísticas
Con más de 30 libros, 32 para ser exactos, al menos cinco cortometrajes, varios guiones para televisión y cine, innumerables canciones y una carrera de más de tres décadas en la música, Armando Vega-Gil, 65 años, era un polímata al que además le gustaban los gatos y llorar.
Este pasante de Antropología Social, narrador, cuentista, músico, compositor, poeta, guionista y fotógrafo aficionado se reconocía como “un chillón”, con una sensibilidad que le mereció el apodo de “El Cucurrucucú”, en referencia a aquel verso “no’más se le iba en puro llorar”.
Siempre le fue reconocida su labor como bajista y cofundador, en 1983, del grupo de rock mexicano Botellita de Jerez, que por cambios en su alineación, en 2013 modificó su nombre a HH Botellita de Jerez.
Tocaba guitarra acústica y eléctrica desde los 14 años, cuando formó su primera banda de rock, y luego aprendió otros instrumentos, entre ellos ukelele y bajo. Su primera canción grabada es “Guacarrock”, que hizo en coautoría con Sergio Arau y Francisco Barrios ”El Mastuerzo”, sus compañeros en Botellita de Jerez
También en la adolescencia comenzó su afición por escribir, primero cuentos y luego libros, guiones, poemas, ensayos, novelas y canciones hasta convertirse en maestro que impartía talleres de creación literaria.
Con el comediante Andrés Bustamante elaboró guiones para el programa de televisión “El Güiri-Güiri” y la película “El crimen del cácaro Gumaro”, tarea en la que también participó Emilio Portes; el largometraje fue proyectado en 2013 y en él aparece como actor.
Fue también coguionista de “Naco es chido”, cinta de 2010 que presentaba las aventuras de Botellita de Jerez; condujo la emisión “Radio Cinema Paraíso”, en el cual hablaba del séptimo arte en México y que se transmitía por Código CDMX, radio por Internet, además escribía una columna en esa materia para el semanario Emeequis.
En varios festivales presentó sus cortometrajes “Diálogos de una pareja triste”, “Fuera de cuadro” con Roberto Sosa, “Alivio”, “Como perros y gatos” y el animado “Los demonios de la tabla del tres”, que coprodujo con la casa productora Tono y el Festival de Cine Fantástico y de Terror, Mórbido.
Dirigió videoclips, entre ellos “Lejos y cerca” y “Pollito”, al igual que el videoarte “Versiones”. En 2003 obtuvo el primer lugar en la categoría de Guion para Cortometraje, del VI Festival Internacional Expresión en Corto, en Guanajuato.
Otra faceta la desarrolló con Fernando Rivera Calderón y Martin Durán en el “Palomazo informativo”, una especie de noticiero musical en el que con canciones humorísticas y parodias elaboradas en 15 minutos, satirizaban sucesos actuales y controvertidos sobre todo de la política nacional.
Ya sea en televisión para CNI 40 o en la estación radiofónica W Radio, sus temas burlones tomaron por sorpresa a muchos; de sus más de 200 temas, grabaron cuatro discos: “Peje el Toro es inocente”, “Hacienda te odio”, “Yo no voté por Martita” y el álbum doble “Fox you”.
Como escritor publicó novelas como “Diario íntimo de un Guacarróquer” que es autobiográfica, “Azahar y Agustín, pequeña novela de terror en verso”, la policiaca “Picnic en la fosa común”, “Rockboy y la rebelión de las chicas”, así como “Virgen de medianoche”.
Autor de libros como “El anti-Carreño, manual de las malas costumbres”, “Colmos para adultos” y “La ciudad de los ojos invisibles”, que forma parte de su obra narrativa.
De poesía son sus libros “Vagamundo”, “La ventana y el umbral”, al igual que los infantiles “Cumpleaños en la marisquería” y El perro de Oventic”, mientras que “Renata y la fábrica de juguetes” es de corte humorístico y fue ilustrada por el monero Álvaro Fernández Ros.
Para niños también presentó su novela “Momias, ángeles y espantos”, además del libro “La música de las esferas”; son también recordados sus artículos en periódicos y revistas mexicanas.
Por su labor en la escritura ganó varios premios, entre ellos el Internacional Goliardos de Ficción, Terror y Fantasía 2001; el Nacional de Poesía de los XIX Juegos Florales Universitarios 2001, convocado por la Universidad Autónoma de Campeche, y el Nacional de Cuento “Benemérito de América” 2001, convocado por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO).
En 2006 fue reconocido con el Premio Bellas Artes de Cuento Amparo Dávila, al que convocan Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el gobierno de San Luis Potosí y el Museo Francisco Cossío, por la obra “Cuenta regresiva”.
Dos años después recibió el galardón “Alejandro Galindo” en la categoría de Guion Escrito para Largometraje, que le otorgó la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) y la Sociedad de Exalumnos del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos.
Nacido en la Ciudad de México el 6 de julio de 1955 y fallecido este 1 de abril de 2019, Armando Vega-Gil ofreció otros espectáculos de tipo “performance” y amó a los gatos, entre ellos Pelitos, María José y Laureana, como refirió en algunas entrevistas.
Asimismo fue un activista, promotor acciones contra las agresiones a la población femenina, como demostró con su participación en un concierto gratuito en el Zócalo de la capital mexicana celebrado en el marco de los “16 Días de Activismo contra la violencia hacia las mujeres y las niñas”.