Leaving Neverland nos ha sacudido. Y, la verdad, no es para menos. Cualquiera que experimente el relato desgarrador de James Safechuck y Wade Robson, detallando el abuso sexual sistemático sufrido durante años por parte de Michael Jackson cuando ellos eran niños, se sentirá modificado e interpelado como espectador. El alcance fue tan grande que, a partir del documental, varias radios dejaron de reproducir sus canciones, se extendió un veto generalizado en la utilización de su música para programas de televisión y hasta fue borrado el capítulo de Los Simpsons en el que aparecía el Rey del Pop. 

La sociedad en general también expresó su repudio, descontento y sorpresa. Sin embargo, no puedo quitarme de la cabeza una serie de preguntas: ¿Acaso no lo sabíamos o, al menos, sospechábamos? ¿De verdad estamos sorprendidos? ¿Cómo se construye la opinión pública y de qué depende nuestro posicionamiento como sociedad? Y, también, ¿cuántas personas fueron cómplices directa e indirectamente?

La primera vez que Wade Robson y Jackson se encontraron; fue gracias a que el niño ganó un concurso de baile.

Las dos denuncias contra Michael Jackson por abuso sexual infantil son de público conocimiento; la primera, en 1993, resuelta fuera de la corte por un monto millonario, y la segunda, en 2005, donde fue absuelto. “No me gustó que nos chasqueara los dedos”, declara una de las miembros del jurado, haciendo alusión al testimonio de la parte denunciante cuando se le cuestiona la razón de su voto a favor de la inocencia de Michael Jackson. Sabemos que el camino legal tiene sus propias reglas, beneficios y falencias, sin embargo, lo que sí sabemos con certeza es que Michael Jackson durmió en la misma cama, durante toda su vida adulta, con decenas de niños de entre cinco y 16 años. También sabemos que, al menos cuatro de esos niños, lo han denunciado abiertamente por haberlos abusado sexualmente y violado en repetidas ocasiones. Además, no está de más recordar, que a las víctimas de abuso y acoso sexual les puede llevar años romper el silencio por miedo, vergüenza y temor a ser juzgados, más aún cuando se trata de niños que, en muchos casos, no alcanzan a comprender la dimensión de lo que les ha sucedido. Con todos estos datos, no puedo más que repetir: ¿De verdad estamos sorprendidos?

“Muchos han querido ver Leaving Neverlandcomo una j’accuse dirigida al legado de Michael Jackson. No lo es. Es un estudio detallado sobre la psicología del abuso sexual infantil”

Dan Reed

Director de Leaving Neverland

Leaving Neverland nos hace reconstruir lo que pudo haber pasado durante esos largos años. Entre testimonios, videos y fotografías aparecen dos voces que estremecen: esas dos madres que no vieron —o no quisieron ver—, lo que estaba pasando en frente de sus narices, a metros de su habitación, en su misma casa, y que permitieron que sus hijos durmieran con un desconocido, embelezadas, quizá, por el avasallante mundo de Michael Jackson con su excentricismo, su poder y su fama. Lo que veremos, en definitiva, es la radiografía desgarradora de dos familias fracturadas que intentan volver a ponerse de pie.

El canatante, junto a James Safechuck, en 1988, en el interior de su avión privado.

Las preguntas más que resolverse, se multiplican. Aún escucho algunas voces que siguen descreyendo de las víctimas con los mismos argumentos de siempre que ya han sido infinitamente refutados, y no puedo dejar de preguntarme sobre nuestra necesidad morbosa de escuchar los detalles más violentos para poder creerles a los denunciantes

Cuando apago el televisor, pienso en las miles de víctimas que no tendrán un documental producido por HBO, para contar su historia y ganarse el apoyo de la opinión pública a punta de streaming. Pienso, también, en todos los victimarios que no serán juzgados. Por último, pienso en Michael Jackson, que jamás escuchará los testimonios, que ni siquiera se enterará de que sus canciones ya no suenan en la radio… respondamos con sinceridad: ¿De verdad nos sorprende? 

  • El Dato: El periodista británico Mike Smallcombe dice que hay inconsistencias en los dichos de Robson y Safechuck, y despotricó contra Dan Reed y la cobertura periodística del filme.
Jackson posando junto a Wade Robson para una fotografía; este último disfrazado de “Billy Jean”.
Fuente: La Razón