La clase media de los 36 países más desarrollados del mundo se ha debilitado. “Está exprimida”, concluye la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El club de los países más ricos del mundo presentó este miércoles en Naciones Unidas un estudio para avisar de que este grupo social está menguando debido a que su nivel de vida se estanca o va en declive, mientras que el de las rentas más altas mejora. España es uno de los países donde los problemas de este colectivo crecen más, según la OCDE. Entre los motivos de este declive está el aumento del coste de la vida, superior al crecimiento de sus rentas. “La vivienda, por ejemplo, representa un tercio del ingreso disponible, frente a un cuarto en los años noventa”.
No hay economista que no defienda que un país es más próspero cuanto más amplia y estable sea su clase media. Pero, ¿cómo se puede definir a ese colectivo? En el informe Bajo Presión: la clase media exprimida, difundido este miércoles, la OCDE recuerda que para muchas generaciones significaba vivir en una casa cómoda con un estilo de vida gratificante y un trabajo estable con oportunidades de carrera. “Era una base desde la cual las familias aspiraban a un futuro mejor para sus hijos”, recalca el estudio. Pero esa clase social cada vez tiene más dificultades, según la OCDE. La reciente crisis financiera se ha encargado de darle una buena dentellada y enturbiar su futuro. “La influencia de este colectivo también ha caído de forma drástica”, señala el organismo.
La institución integrada por los países más desarrollados del mundo recurre a una definición más empírica para acotar qué es la clase media: aquellos cuyos ingresos están entre el 75% y el 200% de la renta mediana nacional. El organismo con sede en París avisa de que cada vez hay menos ciudadanos en esa horquilla y pide a los Gobiernos que hagan más esfuerzos para apoyarlos. Avisa de que este colectivo acumula dificultades para mantener su peso económico y estilo de vida, debido a que el estancamiento de sus salarios no les permite mantener el ritmo de aumento de los costes de la vivienda, la educación y otros gastos, según la OCDE.
La proporción de familias que se considera en ese grupo social se redujo en tres décadas del 64% al 61%, según el estudio. Desde mediados de los ochenta hasta mediados de esta década también se debilitó su influencia como “centro gravitacional” de la economía. Si en 1980 la renta conjunta de este sector cuadruplicaba la de los más pudientes, actualmente representa solo menos de tres veces.
“La OCDE constata que en las últimas décadas la clase media ha visto cómo su nivel de vida se estanca o disminuye, mientras que los grupos con rentas más altas continúan concentrando riqueza”, señala Gabriela Ramos, directora de la OCDE, en el preámbulo del informe, donde recuerda que los análisis actuales revelan que el 10% de las rentas superiores acumulan casi la mitad de la riqueza, mientras que el 40% de las rentas más bajas ostenta solo el 3%.
El documento trata de poner negro sobre blanco los crecientes problemas de desigualdad en el mundo. Y argumenta con datos cómo el grupo que integra la clase media encoge con cada generación. La OCDE señala que el 70% de los baby boomers —los nacidos con la explosión demográfica a mediados de los sesenta— formó parte de esta clase social cuando tenía 20 años. En los millennials—los nacidos a partir de los ochenta—, ese porcentaje baja hasta el 60%. “La generación anterior disfrutó de empleos más estables que las generaciones más jóvenes”, apunta el informe. Los salarios apenas han cambiado tanto en términos relativos como absolutos.
La renta de un hogar considerado de clase media varía de país a otro. En España, para entrar en ese nivel, una persona que viva sola necesitaría ingresar entre 12.910 y 34.430 dólares al año (entre 11.448 y 30.531 euros al cambio actual), según el baremo de la OCDE. En México, estaría entre 3.760 y 10.020 dólares, mientras en EE UU iría de 23.420 a 62.442 dólares. Si uno gana 23.000 dólares al año se consideraría clase media en 25 de los 34 países de la OCDE.
El ingreso medio creció a un ritmo más lento durante la última década que en las precedentes. El estudio señala que en los últimos años ha avanzado a un raquítico ritmo del 0,3%, comparado con el 1% al que avanzó entre mediados de los ochenta y mediados de los noventa y el 1,6% entre mediados de los noventa y la década siguiente. Solo en Israel y Turquía los ingresos promedios son más altos que antes de la crisis, mientras que en España o México la renta media es “considerablemente más baja”, un cálculo realizado considerando la evolución de los precios.
La crisis de 2008 ha hecho mella en este colectivo. Una de las secuelas de la recesión es el empeoramiento de sus perspectivas. Eso explica, en parte, la aparición de populismos y fenómenos políticos y sociales como los chalecos amarillos en Francia. Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, emplaza a los Gobiernos a actuar para ayudar a una clase media que suma dificultades. “Tienen que escuchar las preocupaciones de la gente y proteger y promover el nivel de vida de la clase media”, reclamó. “Esto ayudará a impulsar el crecimiento económico y a crear un tejido social más cohesionado y estable”, concluyó.
La OCDE señala que una de cada tres personas es “económicamente vulnerable” y en este sentido advierte que esto sucede en países que sistema de protección social muy desarrollados, lo que hace la situación más chocante. Entre los hogares de clase media, añade, uno de cada siete podría salir del grupo. España es de los países donde el riesgo de descenso es más alto. La clase media también envejece más rápido que el resto de la población.
El informe muestra que tiende a haber menos desocupados que logran mantenerse en ese nivel social. Hace dos décadas, señala la OCDE, la mitad de las personas en edad de trabajar que salían del mercado laboral lograban mantener su posición. Ahora, la mayoría entraría en la clasificación de bajos ingresos. La caída es particularmente pronunciada en España.
La percepción de los ciudadanos ante esta disparidad es que el sistema económico actual es “injusto” y que la clase media no se beneficia del crecimiento de la misma manera con la que contribuye. La OCDE también señala que el coste de la vida va en aumento para la clase media, porque gastos como el de la vivienda crecen más rápido que los ingresos y la inflación. “Más de uno de cada cinco hogares gasta más de lo que gana”, revela el estudio al citar el endeudamiento: “parece cada vez más, como un barco navegando por aguas turbulentas”.
La movilidad social también se reduce, porque las perspectivas del mercado laboral son cada vez más inciertas por la transformación derivada de fenómenos como la digitalización o la automatización. La OCDE señala que uno de cada seis empleados que reciben un salario medio podrían ver cómo sus empleos son sustituidos por máquinas en un futuro cada vez más próximo.
Fuente: El País