El incendio que destruyó gran parte de la catedral Notre Dame de París «se ha extinguido en su totalidad», anunció este martes (16.04.2019), poco antes de las 10 de la mañana locales (08H00 GMT) el portavoz de los bomberos, Gabriel Plus.
«Todo el fuego está apagado. Entramos en la fase del peritaje», afirmó Plus en declaraciones a la prensa delante de la catedral, antes de puntualizar que «pueden quedar focos residuales» y que un centenar de bomberos van a seguir trabajando todo el día.
Los bomberos seguían manipulando las mangueras, bajo la mirada compungida de parisinos y turistas que se acercaban para ver con sus propios ojos el estado de la catedral, situada en el corazón de París, a orillas del Sena.
Plus detalló un balance material «dramático»: el «violento» fuego se «propagó muy rápidamente por el conjunto del techo» en unos «1.000 metros cuadrados», dijo. «Todo el tejado está siniestrado, toda la armadura quedó destruida, una parte de la bóveda se derrumbó, la aguja ya no existe», detalló.
Las dos torres emblemáticas se mantuvieron en pie, así como el gran rosetón de la fachada sur, pero una puerta abierta de par en par dejaba entrever un montón de escombros ennegrecidos y algunas vigas de la armadura caídas, constató un periodista de la agencia francesa de noticias AFP.
Ahora, otra misión de los bomberos será también extraer, con ayuda de expertos, algunas obras de arte que no pudieron sacarse desde que comenzó el incendio en la tarde del lunes añadió Plus.
Este martes por la mañana, el secretario de Estado francés de Interior Laurent Nuñez, indicó que ahora «el tema es saber cómo va a resistir la estructura» de este símbolo de la cultura europea y testimonio de la historia de Francia.
Nuñez anunció que por la mañana habrá una reunión «con expertos, arquitectos» para intentar determinar «si la estructura es estable y si los bomberos pueden aventurarse dentro para seguir con su misión».
Los bomberos ya penetraron durante la noche «con mucha valentía» en las torres para combatir el siniestro desde dentro y «evitar justamente que se derrumbasen», explicó.
Millones de personas en todo el mundo siguieron horrorizadas la evolución del fuego que ardió intensamente durante más de 12 horas, tras haberse iniciado en la parte superior de la catedral gótica. «Se ha evitado lo peor», dijo el lunes por la noche el presidente Emmanuel Macron a los pies de la catedral. «La reconstruiremos», agregó, visiblemente emocionado.
Restaurar el edificio llevará «años de obras», estimó el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, Eric de Moulins-Beaufort. El fuego quemó la armadura de madera del techo de más de 100 metros de longitud, conocido como «el bosque» por el gran número de vigas que hubo que utilizar para instalarlo, así como la aguja de 93 metros de alto, uno de los símbolos de París.
El incendio está «potencialmente ligado» a las obras de renovación de la techumbre y la fiscalía abrió una investigación judicial por «destrucción involuntaria».
La catedral de Notre Dame, cuya construcción se inició en el siglo XI, forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1991. Es el monumento histórico más visitado de Europa, con entre 12 y 14 millones de visitantes anuales.
La alcaldía de París puso en marcha una operación para «salvar todas las obras de arte». La corona de espinas y la túnica de San Luis, dos de las reliquias más importantes, están a buen resguardo, afirmó monseñor Patrick Chauvet, el rector de la catedral.
La Fundación del Patrimonio, una organización privada que trabaja por la salvaguarda del patrimonio francés, lanzará este martes una «colecta nacional» para la reconstrucción de la catedral.
Donaciones, cantos, rezos
El papa Francisco «está con Francia» y «reza por los católicos franceses y la población parisina», escribió el martes en Twitter el director de la sala de prensa del Vaticano, sumándose a la ola internacional de solidaridad con ese país.Por su parte, las familias Arnault y Pinault, dos de las más ricas del país, anunciaron el desbloqueo de 200 y 100 millones de euros para la reconstrucción, respectivamente.
Por la noche, cientos de personas se reunieron para rezar frente a la catedral, algunas en llanto. Se turnaron para cantar y rezar, interrumpiéndose al paso de los camiones de bomberos para aplaudirlos.
«La fisionomía de París cambiará, es terrible», se lamentó Marie, una jubilada parisina, sobre la catedral retratada por Victor Hugo en «Nuestra Señora de París: El jorobado de Notre Dame».
«Es increíble ver un fervor semejante y tanta gente. Estábamos en comunión con millones de cristianos en el mundo», resumió Etienne Vermersch, un católico practicante.
Notre Dame acompañó la historia de París desde la Edad Media. Sus campanas anunciaron el 24 de agosto de 1944 la liberación del yugo de los nazis y en ella se celebraron los funerales de varios jefes de Estado como Charles de Gaulle y François Mitterrand.
Fuente: dw.com