En mayo próximo quedarán listas las obras de desazolve en toda la Ciudad de México, con las que se prevé retirar más de 633 mil 852 metros cúbicos de basura para mitigar las inundaciones en temporada de lluvias, informó Rafael Carmona, coordinador general del Sistema de Aguas (Sacmex).
Los trabajos, que se realizarán de manera nocturna para evitar complicaciones al tráfico, se llevarán a cabo principalmente en grandes avenidas como Anillo Periférico, Viaducto Río de la Piedad, Insurgentes, Diagonal San Antonio, Picacho Ajusco y Calzada Zaragoza, entre otras.
Con una inversión de 254 millones de pesos, las obras también incluirán nueve presas en el poniente y cinco lagunas en el oriente de la Ciudad de México para mitigar los encharcamientos.
“Recordemos que en los últimos años las lluvias han sido muy intensas en muy pocas horas, si las lluvias nos aportaran la misma cantidad de agua, pero más horas entonces la capacidad de desalojo del Sistema de Drenaje podría contener mejor contra esos volúmenes”, comentó Carmona.
A su vez la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum inficó que el programa de desazolves tendrá más alcance que el de administraciones anteriores ya que, por ejemplo, se trabajarán lugares que no se atendieron en otros años como la Laguna de Regulación del Salado.
“Estamos trabajando particularmente en Iztapalapa en algunas obras importantes de colectores de drenaje”, expuso la mandataria capitalina en conferencia de prensa.
También recordó que la última repavimentaciónque se hizo en la Calzada Ignacio Zaragoza tapó todas las coladeras, por lo que la presente administración trabajó para resolverlo.
Aclaró que las acciones de desazolve son para mitigar y no para terminar con las inundaciones ya que para ello se requieren obras adicionales como el esperar que este año, posiblemente en julio, comience a operar el Túnel Emisor Oriente.
Además, sostuvo que se mantiene comunicación con la Comisión de Aguas del Estado de Méxicoy la Comisión Nacional del Agua para que operen plantas de bombeo de manera adecuada.
Fuente: La Razón