A 20 años del inicio del movimiento estudiantil de 1999-2000 en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que la paralizó durante 10 meses, ya se le dio “vuelta a la página” y es momento de pensar en reformas estructurales que la hagan más funcional, a partir, por ejemplo, de la creación de vicerrectorías, planteó Ángel Díaz Barriga, investigador emérito del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE).
La Universidad ya está en otro momento, por fortuna; incluso la sociedad mexicana sigue considerando a la UNAM como una de sus universidades importantes, como su universidad importante; y el hecho de que en los ranking internacionales la UNAM sea la mejor posicionada del país habla directamente de ello”, dijo
Díaz Barriga, quien formó parte del grupo de negociación de la institución durante el conflicto de hace 20 años, en entrevista con Excélsior se refirió a este episodio de la vida universitaria, como la etapa más angustiosa y de mayor tensión que se haya vivido en la UNAM.
Reconoció que el tema de los espacios que aún permanecen tomados tras la huelga de hace dos décadas, entre ellos el Auditorio Justo Sierra, conocido como el Che Guevara, en Ciudad Universitaria, es un problema de difícil solución, pues nadie quiere pagar el alto costo político que implicaría recuperarlos.
Y cuando se analiza recuperar el espacio o preservar la tranquilidad de la vida institucional, se apuesta más a preservar la tranquilidad de la vida institucional. Pero la UNAM ya logró revertir la situación que se tenía hace 20 años, sobre todo la imagen social que había; pienso que logramos como institución volver a posicionarnos en proyectos académicos; como toda institución tenemos retos para seguir mejorando; académicamente siempre podremos ser mejores.
Por otro lado, por su tamaño, la UNAM demanda que se pueda pensar en vicerrectorías, como un modelo universitario que responda más a la realidad institucional que se tiene y que haga más funcional la toma de decisiones”, expuso.
Agregó que asuntos como el porrismo y el narcomenudeo son otros de los temas que ahora afectan a la Universidad y en los que se tiene que trabajar.
En este contexto, Díaz Barriga se pronunció por recuperar la tarea civilizatoria de la Universidad, sobre todo en el momento de crisis de violencia por el que atraviesa México.
Tenemos que encontrar un mecanismo que ayude a la sociedad a pensar que no podemos seguir viviendo en este mundo de miedo, y en ocasiones de terror, por el alto proceso de descomposición social; consideró que en este momento la UNAM tendría que encabezar un movimiento que apunte hacia impulsar esta función civilizatoria”, propuso.
Fuente: Excélsior