La presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa, visitará la próxima semana México y Cuba con el objetivo de reforzar la cooperación de Naciones Unidas con dos países «fundamentales» para la organización.
”Son dos actores muy importantes para esta casa. Son aliados del multilateralismo. Tanto México como Cuba han hecho aportes muy significativos a nuestra agenda», explicó.
El viaje, asegura, es una «oportunidad de estrechar lazos con ambos países y destacar su rol en naciones Unidas».
La diplomática ecuatoriana visitará primero México, a donde llegará el próximo lunes y donde tiene previsto reunirse con el presidente, Andrés Manuel López Obrador. Además se verá con representantes indígenas, con miembros de la comisión de Igualdad de Género del Senado y con representantes de la sociedad civil.
Entre otros asuntos, Espinosa quiere ver de primera mano cómo está avanzando el proyecto de cooperación sobre migración impulsado por México y los países del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras).
Su visita tendrá lugar en un momento de tensión, después de que este viernes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazase con cerrar la próxima semana la frontera con México si ese país no detiene «inmediatamente» toda la inmigración ilegal.
Al respecto, Espinosa defendió la necesidad de garantizar los derechos humanos de los migrantes y de apostar por enfoques preventivos y con atención a las causas estructurales de la migración como el que impulsan los países del Triángulo Norte.
”Yo creo que ese es el enfoque adecuado. Con mecanismos de diálogo y cooperación entre los países de origen, tránsito y destino», señaló.
VIAJE A CUBA
Espinosa llegará a Cuba el día 3 de abril y en la isla se reunirá con el presidente, Miguel Díaz-Canel, y con el canciller, Bruno Rodríguez.
Además, hará un ofrenda floral en el memorial a José Martí de La Habana, hablará con representantes de colectivos de mujeres del país y mantendrá una discusión sobre multilateralismo con estudiantes de relaciones exteriores.
Para Espinosa, Cuba es un país «que aporta mucho al sistema multilateral» y una nación que «ha avanzado muchísimo en el cumplimiento de la Agenda 2030″, la gran estrategia de desarrollo y contra la pobreza de Naciones Unidas.
”Cuba, no es un secreto para nadie, es uno de los países con mejores indicadores sociales», recordó.
En sus conversaciones con el Gobierno cubano Espinosa espera tratar entre otros asuntos el embargo estadounidense, una medida contra la que se ha pronunciado año tras año la Asamblea General con resoluciones aprobadas con abrumadoras mayorías.
Para la excanciller ecuatoriana, el sentir mayoritario de los miembros de la ONU es que «el bloqueo no beneficia a nadie» y «afecta el derecho al desarrollo del pueblo cubano».
En cuanto a las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, Espinosa defendió que el diálogo «siempre es positivo», por lo que considera que sería «bueno que se retome la posibilidad de una conversación» como la que hubo bajo la Administración de Barack Obama.
Ese proceso, opinó, tuvo «resultados muy concretos que beneficiaron a Cuba y a su pueblo».
LA CRISIS EN VENEZUELA
Aunque tanto México como Cuba tienen papeles importantes en la crisis venezolana -el primero como país neutral y defensor del diálogo y el segundo como un aliado estrecho del Gobierno de Nicolás Maduro-, Espinosa dijo que no tiene previsto que esa cuestión figure a priori en su agenda.
”A veces parecería que en América Latina hay un solo país nada más», lamentó Espinosa, que reconoce que Venezuela vive una «situación crítica y complicada», pero que recalca la necesidad de que la región aborde también otras cuestiones más amplias.
Pese a las distintas posturas que los países latinoamericanos tienen en torno a la crisis, Espinosa defendió que «hay un acuerdo» entre todos en que «una opción armada o militar no es una opción».
”La opción que queda es la del diálogo y la negociación», señaló, haciendo un llamamiento a todos los Gobiernos a buscar un «denominador común» para poder acompañar y ayudar a que sean los venezolanos los que resuelvan su propia crisis.
Fuente: Excélsior