En una explanada abarrotada, simpatizantes del Presidente Andrés Manuel López Obrador y del Gobernador Omar Fayad jugaron a las vencidas con porras y consignas.
«¡Omar, Omar, Omar!», gritó un nutrido grupo de jóvenes haciéndose acompañar con tambores y una sirena cuando era necesario para apagar los gritos de otro sector que gritaba «¡Fuera, fuera, fuera!» en alusión al priista.
El interior de la plaza, bajo un enlonado, quedaron los simpatizantes de Fayad, quienes no escatimaron para lanzar consignas a favor del Gobernador y ahogar las de «¡Es un honor estar con Obrador!» y «¡Presidente, Presidente, Presidente!».
Al iniciar su discurso, el Mandatario estatal dio la bienvenida leyendo palabras en náhuatl.
En su turno, la Secretaria del Bienestar, Maria Luisa Albores, saludó también en esa lengua y dijo que lo hacía porque había trabajado con comunidades indígenas por más de dos décadas.
Ante la guerra de porras, pero sin mencionarlas, López Obrador llamó a la unidad y dijo que los partidos intervienen cuando hay elecciones, pero que cuando hay un Gobierno constituido éste debe gobernar para todos.