Las aerolíneas internacionales que operan en México externaron a Javier Jiménez Espriú, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), preocupación por la seguridad y flujo del espacio aéreo cuando se concrete el sistema de tres aeropuertos que el gobierno federal pretende poner en operación en las terminales de la Ciudad de México, Santa Lucía y Toluca.
Calificaron como inviable una separación de las aerolíneas de acuerdo con su tipo de costo entre las tres terminales y también pidieron que no se aumenten los impuestos al servicio.
Hacer que funcione el Sistema Metropolitano de Aeropuertos será un reto. El aeropuerto de la Ciudad de México está saturado, las conexiones a Toluca, a 70 kilómetros de la ciudad, serán casi imposibles, y convertir la base militar de Santa Lucía en un aeropuerto comercial implica mucho tiempo y una inversión significativa, afirmó Alexandre de Juniac, director general de la de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés).
Frente a su gremio y al secretario Jiménez Espriú, durante la inauguración del Aviation Summit de la Ciudad de México, resumió que la decisión de abandonar el nuevo aeropuerto (que se construía en Texcoco) hace más difícil la operación de las aerolíneas y también perjudicará la economía, además de que operar más de un aeropuerto en el valle de México, como propone el gobierno, implica desafíos técnicos y comerciales.
Enfatizó que existe la duda de cómo se resolverá el tema de la seguridad y el flujo del espacio aéreo con tres aeropuertos funcionando a la vez. Puso como ejemplos las ciudades de Nueva York, Londres y París que operan con esquemas similares. Lograr esto va a ser muy desafiante, dijo en más de una ocasión.
De Juniac también puso en duda la pertinencia de que el aeropuerto de Santa Lucía, que será convertido en terminal civil, vaya a ser operada por militares, como ha anunciado el gobierno.
La experiencia que tenemos con base en diferentes países es que generalmente los aeropuertos comerciales no son manejados por el ejército. Eso no funciona. En algunos países, apuntó, el ejército se ocupa de la seguridad, pero no de la operación de las terminales aéreas.
También se refirió al tema tributario. Aumentar la tarifa de uso aeroportuario (TUA) para financiar el Sistema Metropolitano de Aeropuertos, dijo, traerá efectos negativos para el sector, por lo que el gobierno debería pensar en no aumentar los impuestos.
Luego de destacar las complejidades técnicas, reiteró que cancelar Texcoco eliminó la posibilidad de crear 200 mil empleos y frenó 2 mil millones de dólares en inversión para el próximo año. No obstante, dijo que la IATA pone a disposición del gobierno mexicano su conocimiento para ayudar a resolver una demanda que aumentará 3.6 por ciento por año.
Tocó el turno al secretario Javier Jiménez Espriú, quien reconoció que cancelar Texcoco es la decisión más polémica que ha tomado hasta el momento el gobierno federal, pero llamó a que las críticas que se viertan sobre las decisiones del gobierno presidido por Andrés Manuel López Obrador sean profundas, completas y oportunas. No critiquemos a toro pasado, dijo tras los cuestionamientos de Alexandre de Juaniac.
Luego de una reunión privada con el líder de la IATA, aseguró que la incertidumbre de De Juaniac gira en torno a la seguridad del proyecto. A la fecha no se ha presentado el plan sobre una nueva distribución del espacio aéreo, a pesar de que el objetivo del gobierno es que el Sistema Metropolitano esté en operación dentro de tres años.
La seguridad es una cosa que no está a discusión. No vamos a hacer nada que no tenga a la seguridad como elemento fundamental en la construcción de los aeropuertos y en su manejo (…) como se ha hablado de un sistema de tres aeropuertos estamos revisando que se haga la arquitectura del espacio aéreo para que puedan convivir los tres con el menor riesgo, aseguró.
Durante el encuentro, Peter Cerdá, vicepresidente regional para América de IATA, apremió a que el gobierno mexicano presente a las aerolíneas el plan aeroportuario para el valle de México para que en ese orden las aerolíneas puedan definir qué sigue para su sector.
Por su parte, los directores ejecutivos de las principales aerolíneas de México expusieron que generan incertidumbre los costos del nuevo proyecto.
Danilo Correa, en representación de Aeromar, dijo que el sistema podría traer mayores gastos en combustible. Enrique Beltranena, director ejecutivo de Volaris, dijo que el problema puede venir de qué tan rentables son los aeropuertos, de entrada dijo que Toluca, donde su empresa inició operaciones no es viable en términos de costos, aseguró.
En entrevista, Andrés Conesa, director general de Aeroméxico, se dijo en favor de la remodelación del AICM, y aunque el alza en la TUA fue para financiar el aeropuerto de Texcoco, el gobierno deberá evaluar qué sigue para el impuesto, pues se necesitan recursos para invertirle al actual, pero los recursos que se van a invertir en el actual (AICM) no son ni de cerca lo que se iba a invertir en el otro (Texococo).
Nuestra postura es que operemos en un solo aeropuerto, manifestó.
Fuente: La Jornada