Marzo es el mes en que celebramos a las mujeres. Por el Día Internacional de la Mujer, damos visibilidad a las historias de resistencia y resiliencia, voz a la lucha feminista, y recordamos todas las formas en que las mujeres han contribuido al desarrollo de la sociedad. No. Lamentablemente, la realidad es algo distinta.
Un googleo rápido del mes de la mujer te arroja imágenes estereotipadas de nuestro rol en la sociedad. Imágenes femeninas insinuando sensibilidad abundan. En el trabajo, es común recibir flores o chocolates para celebrar, acompañadas por globos que nos recuerdan lo “especiales” que somos. Pero la razón de ser de este día tiene un origen distinto, y no sé bien porqué, pero en algún momento se perdió.
El mes de la mujer nace a principios del siglo pasado cuando en Nueva York miles de mujeres trabajadoras en fábricas de textiles declararon huelga, exigiendo mejores condiciones laborales. El objetivo era lograr la igualdad, tanto en sueldos como en horas trabajadas, y condiciones laborales. Con ese espíritu, nació el Día Internacional de la Mujer, que durante años su causa era destacar los grandes logros de las mujeres en la historia y sociedad, e impulsar su lucha por las mismas oportunidades en el trabajo, derecho al voto, y la paz.
Y así fue, hasta que, en algún momento, con el pasar del tiempo, la fecha dejó de ser algo que potenciaba la lucha femenina por más derechos y oportunidades, en algo que reforzaba los estereotipos dañinos sobre nuestro rol en la sociedad, distanciándolo cada vez más de su verdadera esencia.
Esa pérdida de propósito se vio reflejada, además, en la misma participación de las mujeres en el mercado laboral. En el sector de tecnología, en el que hoy las mujeres están gravemente subrepresentadas, no siempre tuvo una brecha de género tan grande. De hecho, las mujeres fueron pioneras en ciencia y tecnología. Grace Hopper programó la primera computadora digital de gran escala; Margaret Hamilton programó el software necesario para que los astronautas de la misión Apolo 8 pudieran regresar a la tierra, y Dorothy Vaughn fue la primera gerente negra en la NASA. Más allá de estas pioneras, en 1985, el porcentaje de mujeres que estudiaban ciencias de la computación en Estados Unidos llegó cerca del 40%.
Pero una serie de factores, como el surgimiento de la computadora personal, hizo que las mujeres empezaran a caer en desventaja. La estrategia de marketing y ventas de las computadoras personales fue diseñada para que los hombres las compraran, quienes poco a poco empezaron a tener mucho más contacto y acceso a la tecnología, y las mujeres cada vez menos. A lo largo de los años, se tradujo en que las carreras de STEM fueran perdiendo su diversidad. Hoy, menos del 10% de programadores son mujeres, y el número de mujeres estudiando ciencias de la computación en Estados Unidos cayó al 15%.
Llevamos más de 100 años “celebrando” a la mujer en marzo, y las mujeres continuamos luchando por nuestra igualdad. Según el Foro Económico Mundial, la brecha de género en el trabajo cerrará en 202 años, mismo cuando varios estudios muestran que equipos diversos generan más creatividad e innovación, así como mayor rentabilidad.
Celebrar a las mujeres, más bien, conmemorar nuestra historia y legado, no debería ser algo limitado a un mes, sino ley, los 365 días al año. Pero ya que estamos aquí, cambiemos los globos y las flores por más reflexión y acción consciente. Hay demasiado por hacer, y está en juego el derecho de cada mujer de poder vivir una vida digna con la certeza de que su género no define su destino.
En Laboratoria, junto con las más de 400 empresas y organizaciones que han contratado el talento de más de 1,000 programadoras y UX designers latinoamericanas, estamos repensando la forma en que celebramos a las mujeres; con acceso a oportunidades de educación y trabajo de calidad que ellas mismas conquistan, potencian y lideran.
La lucha de la mujer por la equidad de derechos sigue. Pero ha habido momentos en que, en algunos espacios, teníamos mayor representación y liderazgo de lo que tenemos hoy, y #EsHoraDeRegresar.
Fuente: Forbes