Con el uso discrecional del petróleo venezolano, uno de los países con las mayores reservas de crudo en el mundo, el régimen socialista que instauró Hugo Chávez en 1999 malversó los recursos naturales del país para comprar la lealtad de 14 países de Centroamérica y del Caribe, reveló la investigación periodística Petrofraude, encabezada por la plataforma latinoamericana independiente Connectas.
De acuerdo con el reportaje, a cambio de la venta de petróleo a precio subsidiado, en el marco del acuerdo Petrocaribe, Chávez amarró una alianza regional. “La clave del apoyo internacional que aún mantiene el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela y que le ayuda a evitar el completo aislamiento tiene nombre propio: Petrocaribe”, sostiene el informe.
El acuerdo energético, que permitía la venta de miles de millones de barriles a precios de oferta, o a cambio de bienes y servicios, buscaba combatir la desigualdad en los pueblos del Caribe, para hacerlos más justas y solidarias.
El propio Chávez aseguró en 2005 que la ayuda de Venezuela debía “empoderar de derechos” a las poblaciones de los países beneficiarios, ayudar a la “superación de la pobreza” y garantizar la “disponibilidad y accesibilidad a la salud, la educación y al micro financiamiento de cooperativas, pequeñas y medianas industrias”, entre otros objetivos.
Entre 2006 y 2016, el chavismo inyectó más de 346.31 millones de barriles de petróleo, o 25 mil millones de dólares en la región. “Los grandes volúmenes de petróleo de Venezuela, se transaban a cambio de alimentos, en una parte, y en otra bajo créditos pagaderos en máximo 25 años con tasas que no superaban el 2.5 por ciento anual”, detalla la investigación.
“El financiamiento petrolero entregado a países de Centroamérica y el Caribe llegó a su punto más alto en 2014, cuando 14 países del área, incluidos algunos de los más pequeños, menos poblados y con recursos más escasos del continente, debían más de 14 mil 800 millones de dólares a Venezuela”, descubrió Petrofraude.
El dinero ahorrado por los países beneficiarios debía destinarse a distintos fines sociales, como salud, educación, limpieza de playas y subsidios energéticos. Sin embargo, la investigación de Petrofraude demuestra que esos propósitos no se cumplieron.
A Venezuela tampoco le importó porque, desde un principio, su objetivo fue otro: asegurar apoyos diplomáticos en foros internacionales y buscar la expansión regional del socialismo bolivariano.
En 2015, la cancillería de Venezuela definió a los países miembros de Petrocaribe, como parte de un “primer anillo” de “protección geopolítica” destinado a la “defensa de la soberanía” de Venezuela en foros internacionales. Esto se explica por la alta coincidencia en las votaciones de Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA) y las de los países beneficiados con Petrocaribe.
“A la luz del inventario realizado por Petrofraude, la diplomacia de Nicaragua, la de San Vicente y Granadinas y la de Dominica aparecen como las más consistentes en la línea del apoyo”, según las revisiones de más de 800 actas de las asambleas generales, los consejos permanentes y las reuniones de cancilleres de la OEA.
“El bloque de los que se ‘alinearon’ con el régimen en turno de Venezuela incluye además a países como Antigua y Barbuda, Belice y Granada, entre otros que, a pesar de ser muy pequeños en territorio y población, tienen votos con el mismo valor en los diversos foros internacionales, en especial en la OEA, donde el ‘anillo de protección’ de los gobiernos de Venezuela, ha cumplido a carta cabal su propósito”.
Rafael Ramírez, exministro de Petróleo, expresidente de PDVSA y uno de los impulsores de los convenios mientras sirvió a Chávez admitió a periodistas de Petrofraude que el acuerdo energético no tenía fines sociales sino geopolíticos: “Nos volteamos a nuestro espacio natural geopolítico. Hicimos una política diferenciada para unos pueblos que son muy pequeños, islas muy pequeñas, pero que al cabo son países soberanos. ¿Qué eso nos dio una extraordinaria presencia geopolítica? Sí, claro. ¿Y por qué no lo vamos a hacer si todos los países lo hacen? Estados Unidos lo hace, los ingleses lo hacen, los mexicanos lo hacen”, justificó Ramírez.
Fuente: La Razón