Con las luces aún parpadeando, los venezolanos se preparan para un evento que el régimen ha tratado de evitar durante mucho tiempo: el racionamiento de la energía eléctrica en la capital.
Este jueves, después de que gran parte de Caracas completara tres días sin electricidad, las empresas volvían a abrir sus puertas.
Los residentes se abastecían de pan como si una tormenta de nieve estuviera a punto de golpear la ciudad. Los pobres buscaron agua mientras los más pudientes buscaron generadores y combustible diésel.
Los caraqueños se están preparando para condiciones similares a las vividas en pueblos remotos y ciudades que han sufrido disturbios y saqueos.
El miércoles, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunciaba que la electricidad sería racionada a medida que las autoridades intentan reparar la inestable red eléctrica de la nación devastada por la crisis.
El gobierno ha intentado proteger a Caracas a toda costa, desviando energía y recursos, pero tras dos apagones en todo el país en menos de un mes, pocos creen que la capital pueda seguir siendo protegida de años de mala administración y deterioro.
«Ahora es el turno de Caracas», dijo Dervis Gómez, una asistente de estacionamiento en una panadería en el este de la ciudad.
Adentro, los compradores hacían fila por los pocos panes y tortas disponibles, mientras otros simplemente permanecían de pie y disfrutaban de la electricidad. «Tenemos energía ahora, pero se irá en cualquier momento».
Venezuela aún se está recuperando de una falla eléctrica a nivel nacional que comenzó el lunes, con suspensiones de clases y trabajos por tercer día consecutivo. Por toda Caracas se formaron largas filas en las estaciones de servicio, y el metro y gran parte del transporte público permanecieron cerrados.
Quienes cuentan con medios disponibles en Caracas han estado comprando pequeños generadores a diésel.
Joel Barrios, un vendedor de ElectroMall, una tienda de electrónica en el lado este de la ciudad, explicó que su negocio ha vendido más de 500 unidades a un precio altísimo, cercano a los 3 mil dólares, en las últimas dos semanas.
«La gente está desesperada», comentó Barrios. «Todo siempre se agota».
El miércoles, Maduro llamó a la televisión estatal y les comentó a los venezolanos -a quienes podían verlo en realidad- que esperaran más cortes de energía en los próximos días.
«Vamos a pasar días con administración de cargas organizada hasta que reconstruyamos lo que quemaron», indicó.
Durante una década, el gobierno ha tratado de proteger la capital de cortes regulares. En 2010, el predecesor de Maduro, el difunto Hugo Chávez, despidió a un ministro para la Energía Eléctrica después de que impusiera un plan para racionar la electricidad en Caracas en medio de una crisis anterior.
Maduro, quien lucha por conservar el poder en medio de la censura internacional y problemas internos, culpó a un «ataque terrorista brutal» por parte de los enemigos del gobierno.
La oposición contrató a un hombre armado con un fusil que descargó el arma en un sistema de transmisión «vital» en la Venezuela rural, señaló. Maduro no especificó dónde, pero destacó que las autoridades habían recuperado cartuchos.
Las autoridades destacaron que una falla de una semana a principios de este mes se debió a un «ataque cibernético» lanzado por EU, pero sin proporcionar pruebas.
Expertos han señalado que la causa real de la falla se debió a una falta de mantenimiento durante años. El racionamiento no puede superar la decadencia, indicó Nelson Hernández, un consultor en energía de Caracas. Dijo que reiniciar el sistema después de apagones generalizados podría provocar aún más accidentes.
«El sistema eléctrico nacional está en peor estado que antes con los incidentes ocurridos en las últimas semanas»,explicó este jueves.
«Un plan de racionamiento es exitoso si el sistema eléctrico es fuerte, no débil como el actual. Con debilidades en el sistema, como fallas en subestaciones, líneas de transmisión y turbinas en plantas hidroeléctricas, no puede haber un racionamiento organizado y programado».
En el anuncio del miércoles fue la primera vez que el gobierno reconoció que los apagones podrían continuar en el futuro previsible.
«El daño causado es mayor de lo que cualquier venezolano puede imaginar», detalló Maduro.
Fuente: El Financiero