El extremista de ultraderecha que el jueves perpetró ataques armados en dos mezquitas de Nueva Zelanda, donde mató a 49 feligreses, compareció ayer ante un tribunal de la ciudad de Christchurch, donde se le inculpó por asesinato.
De acuerdo con agentes de seguridad, el australiano Brenton Tarrant, de 28 años, esposado y con uniforme de reo, chocó sus puños en reiteradas ocasiones y sonrió al escuchar la lectura de los cargos.
El exentrenador físico y militante de extrema derecha giraba de vez en cuando mirando hacia los medios de prensa presentes en la corte, durante la breve audiencia que se realizó a puerta cerrada por razones de seguridad.
Tarrant no solicitó fianza y permanecerá en prisión hasta su próxima comparecencia, prevista para el 5 de abril.
Cuarenta y dos personas —incluido un niño de cuatro años— aún eran atendidas en varios hospitales a raíz de las heridas sufridas durante los ataques perpetrados por Tarrant.
La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, informó que entre las víctimas mortales había ciudadanos de Turquía, Bangladés, Indonesia y Malasia.
De acuerdo con el canal de televisión Al Arabiya, hay por lo menos un ciudadano saudita entre las víctimas, al tiempo que las autoridades de Pakistán afirmaron que cinco de sus conciudadanos se encontraban desaparecidos.
CONDENA MUNDIAL
El atentando suscitó condenas en todo el mundo, desde el papa Francisco hasta la reina Isabel II, el presidente estadunidense, Donald Trump (a quien el agresor declaró admiración), y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan. También lamentaron el hecho el primer ministro australiano, Scott Morrison, la primera ministra de Noruega, Erna Solberg, la jefa del Estado alemán, Angela Merkel, y el canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
“Nueva Zelanda es un país pacífico, promotor de la democracia y los derechos humanos. México le abraza solidariamente y rechaza la violencia que ha traído consigo dolor y muerte. Estamos con ustedes”, manifestó el secretario mexicano de Relaciones Exteriores.
La policía confirmó que el responsable de los disparos transmitió en directo el ataque con una cámara colocada en un casco. Las autoridades pidieron que se evite compartir ese video y las plataformas digitales ya lo eliminaron.
SU RADICALIZACIÓN
Antes de perpetrar el ataque, el hombre —que se presentó como un blanco de clase obrera con pocos recursos— publicó en Twitter un manifiesto racista de 74 páginas.
Detalló dos años de radicalización y preparativos. Afirmó que los momentos clave de su radicalización fueron el fracaso de la dirigente ultraderechista Marine Le Pen en las elecciones francesas de 2017 y la muerte de la pequeña Ebba Åkerlund de 11 años en un atentado con camión en abril de 2017 en Estocolmo.
Aclaró que odia a los inmigrantes, que estaba reaccionando a ataques en Europa perpetrados por musulmanes, que se quería vengar de los yihadistas y que defendería la supremacía blanca.
Fuente: Excélsior