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90 mil el primer día de la edición 20 del Vive Latino

Publicado por
Héctor García

Tatuados, hípsters, millennials y chavorrucos se dieron cita en el arranque del encuentro musical que invadió de energía el Foro Sol. Hubo festejos, duetos, sorpresas musicales y hasta un homenaje para la desaparecida Rita Guerrero.

CAIFANES COMPARTE CON ÓSCAR

Sólo muertos podrán callarlos. Ésos son los Caifanes, un emblema, casi patrimonio nacional, que no se detiene por el paso del tiempo ni porque los años ya se notan en sus rostros.

El audio les juega mala pasada anoche en el Escenario Indio, el primer día del Vive Latino. Metamorféame no llega a transmitir la voz de Saúl Hernández, se oye muy abajo. La gente lo ayuda, no lo deja solo. Un trago a la chela, un jale de porro y otro aliento a la letra. Dirán lo que quieran entre el público, que si Saúl ya no canta que si el audio fue el culpable, pero nadie les hizo el feo.

Fueron de menos a más. De Aviéntame a Amanece y Viento, pero se sentía una frialdad de público que no le hacía justicia al sentimiento de cada generación que ha visto crecer al monstruo.

Saúl toma el micro. Se oye ronco. Llega el momento de dar un mensaje, que tiene un tropiezo que el público reclama muy tibio, por mala interpretación o por mala declamación.

Fotos: Daniel Betanzos

No más mujeres asesinadas”, exclama Saúl. Hasta aqui todo bien. “Necesitamos menos machos y más hombres…”, se oye un abucheo femenino. Parece no tener mala intención, pero se hace el reclamo antes de completar la oración y corregir lo que pudo o no salir mal.

….de hombres que trabajen para el pueblo y la sociedad para cambiar el curso de la próxima transformación”, acaba el cantante. Se aplaude y atrás queda el reproche.

Los celulares se levantan para grabar Antes que nos olviden y Nos dejes qué. Caifanes es más canción que protesta y queda claro con tremendo espaldarazo masivo. Entra Óscar Chávez, el Caifán Mayor, se sienta y a sus casi 84 años se deja querer.

La gente lo alienta, lo recibe con un grito popular que utiliza el “olé”. Saluda y se avienta, sentado, Por ti, una canción propia que le secundan los cuatro Caifanes menores.

Después de 25 años, un escenario capitalino escucha una nueva rola, o al menos lo intenta, porque el nuevo sencillo del grupo, Heridos, apenas se oye. Pocos se la saben pero la aprecian igual. Falta tiempo y tolerancia, porque entre la gente vuelve a mencionarse el apellido Marcovich.

El ritual de Caifanes termina muy pronto con Nos vamos juntos y una versión de Imagine. La gente sí se queda con las ganas, pero contenta se retira a las 22:45 horas, cinco minutos antes de lo programado.

LP. Laura Pergolizzi, en su primera vez en el Vive Latino.

SE RETIRAN POR TODO LO ALTO

No hubo mejor despedida y mejor homenaje a Rita Guerrero que sus compañeros de Santa Sabina pudieron hacer en los 20 años del Vive Latino. El escenario Escena Indio se llenó de nostalgia cuando Poncho Figueroa, Alex Otaola, Pablo Valero y el espectacular coro virreinal (entrenado por Rita Guerrero, quien fuera la vocalista de Santa Sabina y que falleció en marzo de 2011), entonaron temas como Vacío Imperio del Sol, dando vida a una época que quedó atrás.

Con un sonido cuadrafónico que envolvió el estadio Jesus Palillo Martínez, la Santa Sabina revivió la esencia de los años 90 cuando nueve músicos, entre ellos Alfonso André, hicieron gala de su destreza para transportar a sus fans a los felices años de la banda.

Oh eh, oh eh oh eh, Rita, Rita” fueron los gritos que el público entonó entre canciones, haciendo que la banda también los entonara, uniéndose a aquellos que, después de ocho años aún extrañan a la cantante.

Mucho, mucho que agradecer, una manera digna de decir adiós”, lanzó Figueroa al público, quien aplaudió en memoria de quien fuera su vocalista y emulando el rock punk gótico de la última década del siglo XX.

Rubén Albarrán, Amandititita, Jessy Bulbo y Denise Gutiérrez fueron los encargados de dar voz a Chicles y Azul casi Morado; y aunque cantaron con el corazón y la mejor intención, los zapatos de Rita Guerrero son muy grandes para llenar.

Por otro lado, Fobia arrasó en el escenario Indio con un set de 50 minutos. Miles de personas se congregaron en el escenario principal para celebrar con Leonardo, Iñaki, Paco, Cha! y Jay los 30 años de vida de la banda.

FOBIA. Sus fans se les entregaron durante su presentación en el escenario principal.

Para Fobia el Vive Latino no es una experiencia nueva, sin embargo regresar a este escenario en el aniversario del festival y ellos festejando sus 30 años de trayectoria, son una combinación explosiva que con temas como VivoRevolución sin manosVeneno vilEl diablo, El Crucifijo e Hipnotízame hicieron de su presentación una de las más memorables de esta primera jornada.

Gracias por tanto, tanto amor y tanto cariño”, lanzó Leonardo a sus fans, que no dejaron de ovacionarlos. Mientras que en el escenario Telcel la Bomba Estéreo demostró, poniendo a saltar a miles de seguidores, porqué es una de las bandas más representativas del rock latinoamericano.

Miles de personas se arremolinaron en el escenario Telcel donde Liquits hizo vibrar a sus seguidores que, con cerveza mano, se arremolinaron en el entarimado para ver su actuación en los 20 años del Vive Latino.

Conos anaranjados de tránsito utilizados como sombreros, uno que otro disfraz y mucha  actitud, fue como los amantes de la música recibieron a la banda  en su última presentación como  agrupación al despedirse de los escenarios y del Vive Latino después de 26 años de rockear.

Que chingón tantos años con ustedes, escuchando gritos de cariño”, dijo Edi a su público, que no dejó de aplaudirles en cada intervención que realizaron durante los 50 minutos que tuvieron  para celebrar los 20 años de la fiesta del rock latinoamericano.

Queremos aprovechar para tocar esta canción con Joselo”, lanzó el vocalista de Liquits antes de que el integrante de Café Tacvba, y columnista de Excélsior, acompañado de Meme, en el xilófono, se unieran a la banda originaria de la capital mexicana para dar voz a Desde que.

LIQUITS. Deciden dejar los escenarios y lo hacen de la mano de su amigo: Joselo.

La gente cantó con ellos y aplaudió la presencia de los invitados, mientras que algunos de los presentes, en la parte posterior del escenario tuvieron que lidiar con los cuerpos de seguridad en revisiones de rutina por el olor a mariguana.

-Azul Del Olmo

TOO MANY ZOOZ. La banda neoyorquina puso a bailar al público.

LA FIESTA COMENZÓ TEMPRANO

Javier Blake apareció junto a Kill Aniston muy temprano en el Escenario Telcel. Por la recta alcanzaron a ver que el vocal de División Minúscula había aparecido temprano para cantar Cuenta hasta diez y corrieron los que pudieron. Era la primer sorpresa en un onomástico de doble década que estaba apenas por explotar.

La gente estaba más preocupada por cargar lana en los puntos designados para ello, porque más tarde se convirtió en algo imposible. De flojera estar esperando en una fila por 30 minutos y perderte a bandas y palomazos sorpresas en el Momentos Indio.

JUMBO Y COMISARIO PANTERA. Compartieron el escenario.

Kinky apareció de sorpresa y todos los que salieron ahuyentados por escuchar el nombre de Jesúcristo de la presentación de Fermín IV se quedaron con los regios. Fermín tiene todo el respeto de todos, hasta salió con Luis Humberto Navejas de Enjambre a cantar y todo estaba bien, aunque no le llegó a la nostalgia que provocó Sí Señor de Control Machete, una oda a la nostalgia pero sin Toy y Pato. El MC hizo evidente su religión; desafortunadamente, no toda la gente es tolerante y algunos iban mentando madres al escuchar la palabra Jesucristo. Ni modo, no todos son creyentes.

El tianguis del Chopo también estaba medio abandonado, sólo los curiosos llegaban a pararse si es que no llevaban prisa de ver a Daniela Spalla, quien se apoderó de la Carpa Intolerante a media tarde con su disco Camas separadas.

DANIELA SPALLA. La argentina imprimió su energía.

La argentina vivió un show especial porque si hace algunos años estaba con 20 personas, ahora estaba con foro lleno y con las ganas de mandar al carajo una y otra vez al hombre que le provocó componer rolas como Vete de una vez y Costa Rica. Por cierto, puras morras estaban soltando el sentimiento con ella.

La lluvia amenazaba al caer la noche, pero sólo metió un buen susto durante el show de División Minúscula porque los de Matamoros acabaron sin una sola gota de agua. Con ellos los borrachos también tuvieron corazón, se pusieron cursis y sentimentales con Cada martesHumanos como tú y Cursi.

Ya había gente tambaleante. Al menos en un sector del escenario Indio nadie se quejó de robos o de chavos mala copa, más bien había muchos llorones que no pudieron aguantar a emborracharse más para sincerarse, y qué mejor que con División, que dejó todo calientito para Fobia y la gran reaparición de Caifanes.

-Jorge Santamaría

CIRSE. También fue la primera vez para la banda argentina.

“ÓSCAR, ÓSCAR”

Óscar Chávez sabe la química, retórica y el sistema decimal, pero lo que no sabía, ni se esperaba, era el recibimiento que le daría la gente en el escenario Escena Indio del Vive Latino.

Justo apareció sobre el entarimado y el público lo ovacionó. “¡Óscar, Óscar, Óscar!”

Muchas gracias por la invitación y su asistencia”, dijo Chávez un tanto ceremonioso y respetuoso con el público, como esos artistas que ya no hay.

La Mariana fue el primer tema que lanzó y con el que atrapó a la audiencia, aquellos que crecieron con él, y a los hijos de sus hijos.

ÓSCAR CHÁVEZ. Fue recibido con gritos en su primera vez en el festival.

El llamado Caifán Mayor no esperó hasta el final para cantar Llorona, uno de los temas más aclamados por la gente, que fue seguido por Petróleo.

Voy a hablar poco porque así cantamos más y si hablo más, cantamos menos”, mencionó a manera de disculpa.

Chávez trajo el sabor norteño con Prisionero de tus brazos y, de Veracruz, La brujaLa lloroncita.

Una melodía tras otra.  No estaba apresurado, pero sabía que tenía el tiempo encima.

Cuando nos invitaron, nos dijeron que 70 minutos. Luego que 60, y al final que 50. Así que mejor le sigo”, señaló para arrancar la ovación y la risa del respetable.

El mismo que le celebró Perdón y Fuera del mundo, esta última a dueto con Dr. Shenka, de Panteón Rococó.

Contestatario y sin miedo. Así ha sido la carrera de Óscar Chávez a través de sus canciones: “Todas son políticas, desgraciadamente actuales”, expresó antes de dar vida a Era de nogal el santo.

La gente cantaba y otros más gritaban sus canciones, pero todo pareció desbordarse cuando llegaron Hasta siempre (Che Guevara) y Por ti.

Otro día venimos con más calma”, sentenció el músico de 84 años para  despedirse con Macondo y el gran coro de “Mariposas amarillas, Mauricio Babilonia, mariposas amarillas que vuelan liberadas”.

Sus fans cantaron con Ximena Sariñana

XIMENA SARIÑANA. Puso su estilo.

Antes, en el mismo escenario, 20 minutos antes de las seis de la tarde, Ximena Sariñana irrumpió sobre un entarimado lleno de corolas de colores de las que salían piernas.

Parecía un jardín de cuento de hadas, en el que Sariñana era la principal mítica figura, con una larga extensión de pelo, cristales de multicolores sobre el cabello y un traje que combinaba saco y pantalón.

La también actriz gritó que estaba feliz de estar en el Vive. Lo repitió varias ocasiones: “¡Qué bonito Vive!”, dijo para avisar que cantaría varios temas de ¿Dónde bailarán las niñas?, su más reciente disco.

Durante su actuación hubo de todo, desde lo calmado de Mediocre -sentada al piano- o Cobarde, hasta Qué tiene o No sé, en las que bailó sin parar, o No vuelvo más.

No faltaron La vida no es fácil y Si tú te vas, pero con las tres últimas, Sin ti no puede estar tan mal, Lo bailado y Vidas paralelas, la cantautora complació a sus seguidores, que, más que bailar, cantaban sus composiciones.

-Rodolfo Monroy

HELLO SEAHORSE!. La banda comandada por Denisse renació con su tema Incendio.

UN EVENTO SIN MESURA

Veinte años del Vive. La mesura ha quedado en el pasado, si es que antes existió.

Entre la concurrencia no hay pena ni timidez. Es un espacio donde conviven camisetas de los Pumas, del América o el Cruz Azul.  No importa si se quería ver a Fobia, Caifanes, Óscar Chávez, Editors o Intocable.

Hay tatuados, darks, hípsters o millennials. También gays, lesbianas, chavorrucos y hasta niños en carreola.

Todos vienen a divertirse por las dos décadas del joven Vive, aquel que ha logrado integrar varios géneros musicales y unir -como tan de moda está- mediante puentes, y no dividir con muros.

La gente se abraza, se besa y se toma de las manos. Sortean el mar de gente que, como marineros, siguen la voz de las sirenas. Pero aquí no hay tales, sino bandas y solistas que se desgarran en el escenario para dar lo mejor.

BOMBA ESTÉREO. Con su ritmo, puso a bailar a todos.

Así como bandas y audiencia, también hay de todo por hacer. Ver documentales, admirar lucha libre o divertirse en una gigantesca rueda de la fortuna. Los niños se sumergen en una alberca con pelotas o juegan a ser rockstar.

Para mitigar la sed y mover el bigote lo clásico: cerveza, alcohol y refresco. Comida rápida, postres y, para los más exquisitos, comida gourmet.

NANA PANCHA. Fueron de los primeros grupos en aparecer en los escenarios y de inmediato prendieron a todos los tempraneros.

Los rayos del sol sobre sus cabezas dependen del capricho de las nubes y del viento. A veces no los dejan llegar, pero aun así se siente el calor.

No hay suéteres ni sudaderas. Estos llegan con la tarde y cuando el viento cala en lo más hondo. Las nubes más negras llegan desde el noreste al Foro Sol y amenazan con desbordarse como lo llegó a pronosticar el servicio meteorológico; pero hasta el cierre de esta edición no sucedió.

FERMÍN IV. Cumplió el exintegrante de Control Machete.

En el Vive no existe la pena ni la introversión. Todo es hacia afuera, con la única intención de divertirse y pasarla bien.

Fuente: Excélsior

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Héctor García