Diego Fernández de Cevallos consideró que la Constitución Mexicana ha sufrido innnumerables reformas, muchas de las cuales nunca debieron ser, pero no existen condiciones para redactarla en los términos adecuados, por lo que lo verdaderamente urgente es cumplir la actual, pues ni la actual ni una nueva servirá mientras siga siendo pisoteada por unos y por otros.
Por otra parte, criticó severamente el que el presidente se dedique constantemente a injuriar a personas y entidades.